Ambiente laboral y rendimiento
El ranking, más que dar a conocer la situación, es un llamado de alerta a los países a prepararse para enfrentar el grave problema del envejecimiento en el marco social.Una relación de reciprocidad con los colaboradores genera condiciones indispensables para la motivación.
Las cifras positivas de empleo son siempre una buena noticia. De acuerdo a los últimos números presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el desempleo en Chile llegó nuevamente a un 5,7%, manteniéndose así la proyección del trimestre anterior, dando cuenta de lo cerca que está nuestro país de llegar al pleno empleo.
Y si bien noticias como ésta nos llaman a ser optimistas, es necesario plantear que además de los buenos índices de empleo, se necesita adoptar medidas para que esta realidad vaya un paso más allá.
Junto con crear nuevas alternativas de trabajo, es importante además establecer buenas condiciones laborales y asegurar una calidad de trabajo digna para todos los colaboradores. Muchos factores, desde el salario hasta el espacio físico en donde las personas deben desempeñar su labor, inciden en ella.
Pero hay ciertas herramientas que, si bien no mejoran los aspectos tangibles y la calidad del trabajo en sí, pueden ayudarnos a generar un buen ambiente laboral: colaboradores comprometidos y en general, felices ejerciendo sus tareas diarias. Aunque esto puede parecer secundario para algunas organizaciones, cobra relevancia si analizamos algunas cifras publicadas por la empresa Mandomedio en junio de este año, que indican que el 84% de los encuestados es más feliz cuando no está en la oficina. Este estudio también mostró que el 53% de las personas se siente presionada, el 54% se siente satisfecho en el lugar donde trabaja y que el 95% de los profesionales se encuentra buscando otras opciones laborales debido a las malas prácticas que ven en sus empresas.
Estas sorprendentes cifras muestran claramente que los chilenos sienten poca conexión con su trabajo y ambiente laboral, y que pocas empresas se están haciendo cargo de esta realidad. Es por eso que se hace necesario detenernos a pensar: ¿cómo podemos revertir esta situación en las empresas chilenas?
Sabemos que implementando programas que permitan equilibrar el trabajo y la familia se puede conciliar los dos aspectos más importantes para la vida de las personas, logrando entusiasmarlas y aumentar su productividad. Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas revelan que un 43%, casi la mitad de las mujeres trabaja, y que el 50% de las dueñas de hogar es laboralmente activa, una estadística a tomar en cuenta para desarrollar programas que vayan en beneficio de la familia, y por consecuencia, de la empresa.