Una búsqueda sesgada
En mucHay que considerar a los postulantes por lo que realmente son: personas.
"Dime dónde estudiaste y te diré qué tipo de profesional eres". Esa parece ser la consigna de muchas empresas que, a la hora de buscar a una persona para ocupar un puesto de trabajo, privilegian a quienes provienen de ciertas universidades por sobre el resto.
Históricamente, ha existido una especie de discriminación al momento de seleccionar a alguien para trabajar en determinado cargo. Captar a egresados de las universidades Católica, Chile, Adolfo Ibáñez y Federico Santa María parece ser la prioridad de muchas compañías, dejando de lado a miles de trabajadores graduados en otras instituciones que, sin poseer una calidad de educación inferior a las ya mencionadas, son descartados de los procesos de selección sin motivos de peso.
Debo reconocer que en muchas oportunidades nuestros clientes nos han pedido candidatos de universidades "renombradas o tradicionales", creyendo que por ello serán profesionales más completos, idóneos y eficientes. No pueden estar más lejos de la realidad.
Afortunadamente, hoy en día el mercado está cambiando, no sólo porque las compañías se están dando cuenta de que esta forma de filtrar candidatos es un craso error, sino también porque la activa situación laboral de nuestro país -cuya tasa de desempleo bordea el 6,5%- , es una muestra de que las compañías demandan hoy una mayor cantidad de trabajadores que no es posible satisfacer sólo con egresados de "universidades top", lo que las ha llevado a aceptar en sus filas a una gama mayor y más variada de postulantes. Así se hace inevitable que profesionales provenientes de universidades de "carácter medio" logren posicionarse en diferentes cargos antes guardados para otro perfil de profesionales, y que además lo hagan por largos períodos de tiempo.
He entrevistado a muchos de ellos y la experiencia me dicta que su desempeño ha sido igual o mejor que un egresado de una universidad tradicional. Son profesionales que por lo general han demostrado ser competentes, capaces, con una amplia expertise, una gran actitud y aptitud, y por sobre todo motivación, que es lo que realmente se debe valorar en una entrevista y al momento de ser evaluados.
Hay que abrir nuestras mentes y considerar a los postulantes a un nuevo empleo por lo que realmente son, personas, y darles la posibilidad de demostrarnos el valor agregado y la calidad de profesional que cada uno de ellos posee. No me cabe duda de que el resultado nos sorprenderá.