Después de la etapa de echar a andar la planta viene otra que será igual de importante: la comercialización del producto en la Región y en el país.
No parece que hoy en día en nuestro país logremos llegar a contar con aquellos líderes que nos permitan como sociedad trascender.
Nuestra sociedad es dirigida por líderes en todos sus niveles: hombres y mujeres que van a la cabeza dando dirección a aquellos a quienes tienen la responsabilidad de guiar.
En la diversidad de liderazgos hay aquellos que fueron formándose como tales, otros descubrieron su vocación en el camino, a otros las circunstancias les empujaron, otros fueron arrastrados. También hay aquellos que se creyeron el cuento; alguien les dijo que eran buenos líderes y se pusieron a la cabeza basados en su carisma o intereses, pero a la larga, reconociéndolo o no, se mostraron tal cual eran: personas con autoridad, pero sin trascendencia.
Algunos, más allá de las circunstancias que les llevaron a su posición de liderazgo, estuvieron dispuestos a dar sus propias vidas por el ideal que les movió, entendiendo que sus sacrificios personales no eran comparables con la motivación basada es esos ideales.
Una frase de Brecht y citada por Silvio Rodriguez habla de estos últimos, aquellos imprescindibles que siguen constantemente en sus luchas hasta el final, pese a todo.
Luego de ver tanto liderazgo antiguo y nuevo en los partidos políticos, las organizaciones comunitarias, los movimientos estudiantiles, los colectivos indígenas, las entidades públicas y privadas, las iglesias y universidades, la región y el país, en las candidaturas de todo tipo, me di cuenta cuán lejos estamos de tener verdaderos líderes que trasciendan; aquellos que la historia no trata de cubrir con cierta vergüenza por sus incompetencias y autovanagloria; sino aquellos que sin luchar por llegar a ser reconocidos, lucharon constantes a favor de otros y sus sociedades y la historia no puede sino reconocer. Hombres como Gandhi, Mandela, Einstein o M.L. King parece que hoy en día no se encuentran, menos en nuestra sociedad.
¿Por qué? Porque para contar con un líder que trasciende, no sólo se requiere encontrar en ellos visión, disciplina y pasión, sino además el ingrediente más escaso en nuestra sociedad y en sus liderazgos: conciencia. "La autoridad moral hace que la autoridad formal funcione", decía S. Cove. Así lo evidencia la Biblia y lo personificó Cristo.
No parece que hoy en día en nuestro país logremos llegar a contar con aquellos líderes que nos permitan como sociedad trascender. Hay demasiados personalismos, pero sobre todo falta de conciencia moral. Y sabemos que cuando la conciencia no gobierna, el liderazgo no dura ni las instituciones que se sustentan en él.
Consejo de Pastores