Rompen récord en el lago Budi: 1.600 merluzas fritas y al plato
Hugo Soto
A las 8 de la mañana un grupo de entusiastas mujeres de Puerto Domínguez daba inicio a sus faenas en dos puntos estratégicos de la Sede del Sindicato de Pescadores: dos encargadas de rebanar 40 cajones de tomates, y una veintena de vecinas destinadas a preparar 1.600 merluzas.
Afuera de la sede, 3 pescadores se encargaban de pelar, lavar y cocer 5 sacos de papa. Horas después y gracias a la alquimia de la cocina costera, desde las cocinerías saldrían los exquisitos platos de merluza frita para aplacar la voracidad de los miles de turistas que llegaron hasta este parte del lago Budi a disfrutar de una de las actividades tradicionales del verano en La Araucanía: "El Pescado Frito más largo del Mundo".
En esta ocasión, la fiesta se desarrolló a la entrada de Puerto Domínguez. No hubo registro de la marca establecida en dígitos lineales, aunque los cálculos sobre el papel de los organizadores hablan de 240 metros. ¿La razón? porque si se colocaban los miles de pescados cocinados en formación, los primeros platos estarían irremediablemente fríos a la hora de iniciar el almuerzo.
"Hemos superado la cantidad del año pasado, que fueron 1.500 pescados fritos, así es que estamos muy satisfechos", cuenta el alcalde de Puerto Saavedra, Juan Paillafil. "Miles de personas han llegado a Puerto Domínguez a recorrer la zona, que era uno de los objetivos".
Temprano comenzó la actividad en Puerto Domínguez. La plaza de las esculturas, las ferias artesanales, el embarcadero, eran puntos por donde se agrupaban los turistas, fotografiándose con el fondo del lago Budi y sus cisnes de cuello negro.
Al interior de la Sede del Sindicato de Pescadores, apenas iluminó el día ya estaban instalados los encargados de dar vida al plato de pescado frito.
María Vega, quien ha estado en la coordinación del pescado frito desde que comenzó esta tradición en Puerto Domínguez, relata que "a las 8 de la mañana ya estábamos preparando los pescados. Yo me preocupo de sus aliños, el corte de las presas y el frito".
Mientras prepara la mezcla de harina donde se introducirán las presas, previo a su paso por el aceite, la vecina agrega que "este año haremos 1.600 merluzas y algunos huaiquiles, pues hay que continuar la tradición con este pez único del lago".
La coordinación general del proceso de cocina está en manos de Edith Candia. Esta mujer cuenta que "hace 3 años estoy a cargo, y cada vez estamos agregando más elementos a esta fiesta, pues son cada vez más los visitantes que llegan a Puerto Domínguez por esta tradición".
De acuerdo con lo precisado por la coordinadora, el año pasado establecieron cerca de 200 metros y fueron 1.300 pescados".
El cálculo -si pensamos en el tamaño estándar del pescado y del plato- arrojaría un largo aproximado de 240 metros de pescado frito, es decir, récord alcanzado y sobrepasado.
Pero el pescado no va solo en el plato. El tomate y la papa de la zona son elementos infaltables en esta tradicional receta.
"Desde las 8 y media de la mañana que estoy rebanando tomates, y aunque ya van 4 horas, queda bastante", dice Mónica Hernández con un dejo de resignación, mientras hace girar el cuchillo con destreza. "Son 40 cajas, cada una de 25 kilos. El año pasado estuve trabajando en el frito de los pescados, y este año me pasé a la ensalada".
El otro elemento de este plato costero, la papa, requería de marmitas de fierro y ollas enormes puestas al fuego.
"Hemos pelado 5 sacos de 50 kilos y ahora las estamos cociendo", cuenta Antonio Adelcio, uno de los encargados de la sección tubérculos. "Son papas exquisitas, sembradas en los campos de Puerto Domínguez y Puerto Saavedra".
Cerca de las 13 horas, la fila de gente esperando por su plato ocupaba un par de cuadras. Con un ticket por la módica suma de 2 mil pesos, el cliente hacía pacientemente su fila hasta llegar al puesto ubicado en la entrada de la Sede del Sindicato de Pescadores. Allí cambiaba el ticket por su plato y un vaso de bebida, pasando al patio interior de la sede, donde estaban instaladas las mesas al aire libre y junto al lago Budi.
Yohanna "La Gitana", presidenta de los motoqueros urbanos de Imperial, formaba parte de un ruidoso y pintoresco grupo de motociclistas, quienes tras el almuerzo harían paseos para el público.
"Este es el segundo año que hemos asistido, invitados por un concejal, y aquí nos juntamos con amigos de otras agrupaciones motoqueras. Hemos venido 11 pilotos y 7 mochilas, como le decimos a los copilotos. Esta es una fiesta muy linda y es una tradición venir en verano".
La santiaguina Ana María Rojas lleva un par de días disfrutando del verano en la zona costera.
"En Puerto Saavedra me enteré de esta fiesta y decidí venir a conocer la zona y disfrutar del plato, que es muy rico. Además son paisajes hermosos, linda artesanía y gente muy simpática".
Olimpia Ortiz también es santiaguina. "Yo no conocía Puerto Domínguez, y me ha gustado todo. Es hermosa la plaza, con el lago Budi al lado y las esculturas de madera...Y el pescado es delicioso".
Similar opinión tiene Mabel Castillo. "Llegué recién de Santiago, y la fiesta del pescado frito me ha parecido maravillosa. Esta es la primera vez en Puerto Domínguez, pero el lago Budi lo conocía de niña, de hecho cruzaba nadando en algunas parte en Saavedra", asegura llena de orgullo.
Pasadas las 15 horas, la fila de turistas con su ticket en la mano seguía avanzando por la calle central de Puerto Domínguez. Al parecer, los 1.600 pescados fritos nuevamente se hicieron pocos.
"Cada año estamos agregando más elementos a esta fiesta, pues cada vez llegan más turistas hasta Puerto Domínguez para disfrutar de nuestro pescado frito y nuestras tradiciones costeras".
Edith Candia,
coordinadora Pescado Frito