Durante un viaje fuera de Chile seguí con avidez las noticias sobre la Reforma Educacional que se intenta establecer; estuve leyendo varios autores que hablan del tema a nivel mundial.

Uno de ellos, Heinz-Peter Gerhardt, haciendo alusión al contenido que una reforma debería tener, se refiere a uno de los grandes profetas de la educación latinoamericana, Paulo Freire, quien luchó toda su vida por desarrollar modelos adecuados a la realidad de las personas, teniendo como base programática su fe cristiana.

Él trató de impulsar los cambios en la educación que llevaran a la libertad de los pueblos, y fuese por ende carente de control, de manipulación y de domesticación social. Para ello, dice el autor, se alió con varios movimientos sociales y políticos, que a la larga lo llevaron a 'mantener su escepticismo sobre la posibilidad de superar las tendencias sectarias tanto en la derecha como en la izquierda.

Los partidos políticos no parecían capaces de colaborar estrechamente con los movimientos sociales para hacer frente a las consecuencias del desempleo, la falta de viviendas y la escasez de cuidados médicos o infraestructuras de educación. Volvió a abogar por la 'educación como práctica de la libertad' entre educadores y políticos dispuestos a aceptar correr riesgos y adoptar iniciativas, a apostar en favor del futuro y el presente y a considerar críticamente la situación actual'.

Continúa en su análisis: 'Con gran frecuencia, la competencia técnica en el contexto de reformas educativas políticamente viables y finalmente realizables se contrapone con los principios éticos derivados de las creencias de justicia social y equidad para todos en el contexto de las democracias políticas y económicas. En ocasiones los proyectos de reforma viables políticamente, basados en una ética de simpatía democrática, carecen de competencia técnica, lo que hace inevitable el fracaso. Por último, proyectos competentes técnicamente y correctos éticamente pueden no ser fáciles o viables políticamente y permanecer en el reino de las ilusiones, los sueños o el inconsciente de profesionales, maestros y políticos'.

Qué adecuado y profético me pareció el análisis, con todo lo que se viene tratando acá, donde más que contenido la discusión parece ir por la vía de lo ideológico, que a la larga afectará el resultado ofreciendo igualdad, pero al enorme costo de disminuir su calidad, no tanto en sí por las propuestas sino por quienes las llevan adelante.

La Araucanía cuenta con vastos territorios en los cuales la nueva institucionalidad ambiental tiene un papel fundamental que jugar, el que será liderado por el futuro Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, proyecto que acaba de ingresar al Congreso y que parece concitar bastante acuerdo. Es importante establecer con meridiana claridad qué proyectos de inversión se podrían llevar adelante en parques o reservas nacionales, santuarios de la naturaleza u otros tipos de áreas protegidas, para lo cual hoy existen muchas normas diseminadas en varios organismos estatales, lo que es necesario ordenar y actualizar.

Es vital congeniar, con absoluta certeza, cuál ha de ser la relación entre la inversión y los intereses ambientales, entre los posibles proyectos y la conservación y planes de manejo. En el fondo, el proyecto pretende definir, en términos macro, la prohibición de determinadas actividades en un determinado sector, dependiendo del objetivo de conservación que tenga el área y su plan. En palabras simples, se podría autorizar o no proyectos como líneas de transmisión, minicentrales hidroeléctricas, iniciativas mineras compatibles, todas las cuales hasta ahora se autorizan vía Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

Es un 'rayado de cancha' el que pretende el proyecto en cuestión, cuyas normas generales son las que se aplicarían en el futuro en las nueve categorías de propuestas de protección, quizás un número algo generoso y complejo.

Esta propuesta indudablemente puede y debe ser mejorada, pero lo importante es que se clarifique a todos los interesados en cualquier tipo de proyecto cuáles son los marcos de las prohibiciones y las posibilidades de autorización, evitando intentos que, como puede apreciarse con mucha frecuencia en la zona, generan problemas, rechazos e incluso prohibiciones tras haber invertido mucho dinero en las tareas previas a la construcción de un proyecto. Razonablemente, los emprendimientos y la conservación pueden coexistir.