En un nuevo hito de la campaña Nuevo Aire que articula El Austral y a la cual concurren empresas e instituciones interesadas en contribuir para la toma de conciencia acerca de la necesidad de procurar la descontaminación atmosférica de Temuco y Padre Las Casas, permanecerá todo el fin de semana en el Portal Temuco una exposición que reúne a un amplio abanico de ejemplos de alternativas de eficiencia energética, universidades que investigan en esta materia y organizaciones preocupadas por este flagelo medioambiental. Esta campaña, que ya va en su quinto año consecutivo, se ha constituido en un ejemplo de compromiso con la Región, llevando en cada versión un mensaje que ha contribuido a la sensibilización ciudadana de un problema que requiere acciones urgentes, pero por sobre todo, decisiones de largo plazo que le devuelvan a las ciudades del sur la magia atmosférica que alguna vez tuvieron.

La restricción al uso de la leña que decretó el año pasado para Temuco y Padre Las Casas el Ministerio de Salud fue un duro golpe a muchas familias para las cuales esta opción de calefacción es la única disponible por su precio accesible, pero también sirvió para comprender que se estaba llegando a niveles en extremo peligrosos de contaminación del aire. Si bien este año la medida se flexibilizó gracias al aporte de organizaciones vecinales que tomaron conciencia de este problema, lo cierto es que el aire de la zona saturada sigue exhibiendo los mismos riesgos de antes, al tiempo que las medidas de largo plazo, aquellas que debe diseñar el Estado en su obligación de garantizar un medio ambiente libre de contaminación para sus ciudadanos, avanzan a paso cancino.

La campaña Nuevo Aire se ha sostenido en el tiempo gracias a la toma de conciencia de numerosas empresas, universidades e instituciones preocupadas precisamente del largo plazo. En este sentido, la educación aparece como una de las variables principales, igual que dejar en evidencia las opciones de eficiencia energética que pueden contribuir a la descontaminación. Mientras el Estado no haga lo suyo, esta campaña seguirá cumpliendo con su misión.

Cuando el último Gobierno de la Concertación dejó su administración, y a pesar de que los esfuerzos iban orientados a la reconstrucción del país post-terremoto, vino un vendaval de denuncias -por parte de la Alianza, Gobierno entrante- de mal manejo y hasta corrupción en que la Concertación habría incurrido siendo Gobierno.

Ahora la actual administración -la Nueva Mayoría, Gobierno entrante- viene con un vendaval de denuncias de mal manejo y hasta corrupción en que la Alianza habría incurrido siendo Gobierno.

No sé si definir esto como un guión calcado tipo telenovela, revancha, denuncias con asidero real o no, etc. Pero lo que sin duda hace sentido es que tanto uno como otro conglomerado no parecen ser mejores. Las diferencias evidentemente no radican en cuanto a ser mejores o peores administradores de los recursos del Estado (de todos los chilenos), sino en su 'supuesta enemistad ideológica'.

Pero al final de cuentas y pese a que unos y otros dicen hacer un gobierno que busca el bienestar de todos los chilenos, de respuesta a las demandas históricas, de cuánta cosa se le pueda a usted ocurrir, siguen representando sus propios intereses corporativos. Y tenemos muchas pruebas de ello. Vea usted que, por ejemplo, quienes más critican el lucro en la educación o están involucrados de alguna manera en el sistema, o simplemente envían a sus hijos a colegios particulares y no a los municipales, que dicen, se deberían fortalecer. Muchos congresistas -de derecha, centro o izquierda- tienen a sus parientes insertos en la maquinaria del Estado. Muchas de las autoridades que reciben sueldos 'reguleques' (ya sabemos qué significa eso) o sus cercanos, se han beneficiado de las ayudas del Estado orientadas a la clase media u obrera. Muchos de quienes están discutiendo el sueldo mínimo, aduciendo en sus discursos a la ética, realmente no entienden lo que es vivir con un sueldo inferior a $210.000 mensuales.

Me llama la atención que salga a la palestra el tema de la ética, cuando en realidad no hemos visto durante muchos años una ética legislativa. Y no podemos pretender que exista una ética del trabajo (la que exige y pretende tener un país en vías de desarrollo) si como contrapartida no existe realmente una ética salarial. Todas ellas están insertas en el mensaje del Evangelio.

En fin, parece ser, como dicen en el campo, que está mal pelado el chancho. La pregunta sigue siendo ¿quién le pone el cascabel al gato? La factura la sigue pagando la clase media, y no se ve solución ninguna.