Un recorrido por la nueva Avenida Recabarren en Temuco permite comprobar que, al menos, su diseño y funcionamiento se prestan para confusiones que pueden terminar con una tragedia, como ha ocurrido con el accidente que quitó la vida a un vecino del sector.

Estas advertencias las ha venido haciendo la comunidad del lugar desde hace tiempo, sin que los adelantos en las obras den respuesta a sus inquietudes.

Es una avenida compleja, toda vez que cuenta con caleteras a las cuales acceden vehículos provenientes de las pistas centrales -de mayor velocidad-, los que pretenden ingresar, por ejemplo, al sector Amanecer. Estos móviles se desvían desde una vía de mayor altura y separada de las caleteras, por tanto, cuesta advertir su presencia y los espejos retrovisores pierden su utilidad. Se hace necesaria la existencia de semáforos que permitan bajar a la caletera y que en ésta se impida seguir avanzando.

En las citadas caleteras hay discos 'Pare', es efectivo, pero la realidad diaria enseña que un porcentaje sustantivo de los conductores no los obedece. Este gravísimo comportamiento se suma a las deficiencias observadas por los propios vecinos y quien circule por esas vías.

El diseño verdaderamente no fue el más adecuado, incluso hay lugares en que vehículos pequeños sufren contratiempos al bajar desde la pista central a la secundaria. La existencia de una luz verde de semáforo y un muy cercano disco 'Pare' conduce a error, de eso no cabe dudas.

Los vecinos hablan de semáforos que no funcionan; discos 'Pare' que no son respetados; señalización contradictoria que provoca riesgo y congestión; problemas de diseño; excesiva velocidad de los móviles; falta de vigilancia policial en un sector por ahora muy complejo debido precisamente a los puntos ya señalados.

Es evidente que allí hay problemas y la autoridad pertinente deberá escuchar la voz ciudadana para subsanarlos. Por desgracia, siempre 'a la chilena', primero se hacen las obras y enseguida se gasta tiempo y dinero en las reparaciones.

Según la politóloga belga Chantal Mouffe, en el campo político democrático los conflictos y las confrontaciones, lejos de ser síntomas de imperfección, constituyen la garantía de su vitalidad y pluralismo. Siguiendo esta teoría es posible comprender hoy las declaraciones de los diputados de la oposición chilena, que ven en la polémica interpelación un ejercicio democrático virtuoso.

El escenario político actual, donde la interpelación-reforma tributaria muestra señales en apariencia contradictorias, es el reflejo de un proceso de cambio en los equilibrios políticos.

Los consensos actuales difieren de aquellos logrados en el proceso de transición democrático en el siglo XX, independiente de cuando afirmemos que haya terminado dicho proceso, pues mientras antes los consensos resultaban como consecuencia natural de un equilibrio en el que ningún actor podía sacar ventaja haciendo movimientos individuales; hoy los acuerdos deben ser el producto de lo que J. Elster denominó deliberación racional, lo que implica ser capaces de resolver una diferencia propia de la convivencia democrática con un criterio o aproximación lógica distinto de aquello que genera la diferencia.

Al parecer en lo económico resulta más fácil encontrar una lógica de aproximación común para deliberar y encontrar de este modo acuerdos razonables. Sin embargo, cuando debemos resolver problemas que escapan a la racionalidad económica, como educación, identidad territorial, seguridad, etcétera, el encontrar un camino que permita converger en un equilibrio subóptimo sostenible en el tiempo para las partes involucradas resulta mucho más complejo.

El desafío que enfrentamos como sociedad entonces es ser capaces de resolver mediante mecanismos de deliberación las diferencias políticas legítimas que deben existir en una sociedad democrática.

Si bien Muffe no se equivoca en cuanto a que la explicitación de las diferencias políticas permite una sana discusión democrática, también resulta necesario que las discrepancias políticas, aunque representen a una minoría relativa, tengan mecanismos para ser canalizadas en la institucionalidad vigente.

De lo contrario, de la deliberación se puede pasar a la polarización y de ahí a la violencia.

director del