El tema educacional cada día que pasa se enreda y oscurece, ya está claro que en el debate se está partiendo casi de cero, es triste reconocer que las comisiones que se crearon para este efecto en los últimos ocho años escribieron en el agua, no dejaron nada.
En estos 'últimos días aparece una lista de ex ministros y expertos en una inserción pagada, ellos son de la Nueva Mayoría y de la derecha política y económica. Los segundos tienen razones valóricas pero los primeros creo que ni se ruborizan y se matriculan descaradamente con el 'negocio educacional'.
En el debate en cuestión salen sinceridades que no ayudan, al revés, desorientan, por ejemplo, el actual ministro de Educación dice en uno de sus complejos discursos 'que no sabe de educación pero que está aprendiendo' (reconozco que sí fue un buen ministro de Hacienda en el anterior Gobierno). Aparece de pronto un personaje a pasitos de su figura que pareciere ser una especie de guardaespaldas, y digo esto, porque lo conozco y puedo afirmar que de 'educación' sabe tanto como de 'medicina'.
Entonces es válida la preocupación de cientos de miles de chilenos, que no ven señales claras de llegar a puerto en este tema nacional y cuando llegue, quién sabe cuándo, ¿Con que cargamento de ideas lo haría? ¿Con lo que se ofreció en la campaña electoral o con los abstractos consensos políticos?
Se sostiene con diplomacia y cierta zalamería que hay conversaciones con los sectores católicos ¿y con los laicos no? Que las puertas del diálogo están abiertas para los sectores políticos opositores, pero entonces para qué sirve la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, que tanto reclamábamos al pueblo porque al ser minoría no se podían hacer transformaciones como ésta.
Durante 20 años por diversas razones, algunas comprensibles y otras manejadas hábilmente por los que hoy se sacan la careta, se realizaron 'juegos de piernas políticos a los estudiantes... la LGE'. El país mayoritariamente y especialmente la juventud no aceptará de manera alguna 'un parto de los montes en que en vez de una gran criatura, salga corriendo una asustada laucha', como en la fábula de Esopo.