Educación vial
Un tema que preocupa de sobremanera en La Araucanía es el alto número de accidentes de tránsito que registran las calles de la zonas urbanas y las vías de la Región. La gran parte de ellos sólo son colisiones que provocan daños materiales de menor cuantía, pero un número importante genera accidentes de con lesionados e incluso víctimas fatales. Los datos que registra la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) clarifican un poco más esta situación: Durante el año 2013 se registraron en el país 73.276 accidentes de tránsito que dejaron un saldo de 1.623 personas fallecidas y 59.592 lesionados (7.430 de ellos graves, 4.416 menos graves y 59.592 leves). La Región de La Araucanía, que si bien no se ubica en la parte alta de la tabla, sí muestra cifras verdaderamente alarmantes, registró 4.554 accidentes (6,2% del total) que dejaron 116 muertos (7,1% del total) y 3.931 lesionados (425 graves, 251 menos graves y 2.961 leves) presentando un aumento del 13,8% en accidentes de tránsito con respecto al año anterior, un 19,6% en los fallecidos y un 8,1% en los lesionados. Durante lo que va de este 2014 la cifra no es muy alentadora, toda vez que la misma Conaset mantiene en sus registros la estadística de 109 personas muertas a la fecha en accidentes de tránsito en toda la Región. Las causas de tal situación podrían atribuirse al aumento sostenido del parque automotor, a las cada vez más estrechas e insuficientes calles, a problemas mecánicos o viales. Sin embargo, se sabe que más del 90 por ciento de estos accidentes son por fallas humanas y es en la educación vial donde hay que poner el énfasis para revertir tan magras estadísticas. De ahí que la iniciativa emprendida por el Colegio Pumahue de la capital regional, que busca entregar educación vial a sus alumnos desde los primeros años gracias a la construcción de un circuito especialmente diseñado para que los niños lo recorran en triciclos, bicicletas o pequeños automóviles a pedales conociendo la señalética y tomando conciencia de la real importancia del respeto de ésta y de la conducción de manera responsable y defensiva, sea valorable y digna de imitar en otros establecimientos educacionales. Así se formarán conductores más responsables ya que la única manera de frenar el creciente número de accidentes de tránsito es a través de un trabajo riguroso y permanente para modificar conductas desde temprana edad en conductores y peatones.