Para comentar con certeza respecto del cuento infantil 'Nicolás tiene dos papás', lo leí. Efectivamente, es un libro que narra la vida armónica y feliz que tiene el pequeño Nicolás con dos personas del mismo sexo, hombres en este caso que actúan como padres del menor, pretendiendo uno de ellos suplir la existencia de una madre.
Ahora bien, la autora del libro, en forma absolutamente velada y subliminal, lo que pretende es sembrar en el subconsciente de los niños, la idea que la relación homoparental es normal. En efecto, la autora del cuento infantil, al que se le está dando la calidad de best seller, sabe muy bien lo que hace. Los niños son los seres más fáciles de manipular y concientizar, por lo que resulta ser la forma más efectiva de enraizar en nuestra sociedad la existencia de la familia homoparental. Respeto todas las opciones sexuales, eso sí, me cuesta entenderlas. No los discrimino, no soy nadie para ello. Apoyo el Acuerdo de Vida en Pareja, me parece pertinente para todas aquellas parejas que no han contraído matrimonio y aquellas que, bajo nuestra legislación, no pueden hacerlo. Ahora bien, el AVP resulta ser tan serio e importante para las personas bisexuales que consideran que es la consagración legal de su unión, así como lo es el matrimonio para los heterosexuales. Bien por ellos.
Pero lo que no puedo avalar es que esas parejas del mismo sexo puedan adoptar hijos. Digan lo que digan, criar niños por una pareja de homosexuales o lesbianas los insta, indiscutiblemente, a aceptar esa relación como normal. Está comprobado que niños criados por parejas homosexuales optan, en la mayoría de los casos, por esa condición sexual. Son muchas las razones que llevan a la homosexualidad y, una de ellas, precisamente, es el ambiente en que se desarrollan los menores. Que se entienda bien, yo no soy nadie para manifestar algún tipo de rechazo respecto de los homosexuales, no soy homofóbica. De hecho, conozco muchas personas de esa condición sexual que merecen todo mi respeto y admiración.
La homosexualidad, como tal, es una realidad que debemos reconocer, sin emitir juicios lapidarios respecto de aquéllos. Protejamos, eso sí, a nuestros niños de la manipulación subliminal que el referido cuento infantil hace soslayadamente. Dejemos que esos seres inocentes, ingenuos, cuando tengan suficiente discernimiento puedan optar por su condición sexual, pero no debemos aceptar que sus pequeñas y tiernas conciencias, su ingeniudad, sea vulnerada en la forma más repelente que puede existir, esa forma silenciosa y subliminal que se plasma, nítidamente, en el mencionado 'cuento infantil'.
Reflexionemos, Nicolás nació de una mujer que lo tuvo nueve meses en su vientre, que le dio la vida y que, por razones que no conocemos, no pudo hacerse cargo de su crianza.
Existen muchos matrimonios y/ o parejas que están esperando sea acogida su solicitud de adopción, son ellos los que deben tener la preferencia y, no tan sólo la preferencia, sino que también la exclusividad para que esa adopción sea materializada. Con convicción absoluta me atrevo a decir que: Nicolás no tiene dos papás.