Aspiraciones individuales
El conflicto mapuche es una realidad que no se puede mirar desde la distancia sin atreverse a opinar sobre ello. Me consta que sobre esta materia hay temor a participar en un análisis activo de muchos sectores de nuestra Araucanía, como si éste no creara situaciones reales categóricamente de perjuicio.
Lo sucedido en los últimos días entre el intendente de la Región y la representación parlamentaria de la Nueva Mayoría hay que mirarla en su peligrosa esencia y consecuencias.
La primera reflexión que hago es, ¿quién debe enfrentar el conflicto? Respeto a todos los que se vieron involucrados en la 'cena de análisis', y los argumentos que pedían mayor participación al intendente por parte de los honorables me parecen respetuosamente equivocados. Fui parlamentario por muchos años, conozco, por lo tanto, de primera experiencia la lucha de intereses electorales, incluso no siempre con las mejores herramientas. Todos quieren triunfar y por ello es una verdad que algunos echan mano a recursos de instituciones del Estado, imprudentemente, por ello es que cada cual quiere colocar funcionarios de su confianza en los diferentes cargos; el objetivo no es otro que participen como activistas en la lucha personal por la reelección. No estoy apuntando a nadie en particular, pero la verdad detrás de los bastidores es esa.
El conflicto mapuche no sólo tiene que ver con las aspiraciones justas de este pueblo, sino que también con toda la masa social de La Araucanía. Como dicen los cristianos, 'que Dios nos pille confesados' si al calor de las elecciones que se avecinan, el conflicto se administra 'como voy yo respecto a mis intereses'.
El conflicto mapuche es un tema integralmente de responsabilidad del Estado chileno. Sin una opinión pedestre debo confesar que estoy alarmado por el incidente, lo peor que puede ocurrir es administrar esta situación para aspiraciones individuales de ascender el nivel de representación popular, que quiere decir el intendente y a quiénes apunta cuando dice 'no soy candidato a nada'.
Dejemos a los representantes del Estado trabajar con la mayor independencia, porque si ello se desbanda, el conflicto incendiará la pradera de La Araucanía.