100 millones de dólares en el PDA
Un paso sustantivo en la concreción del próximo Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) de Temuco y Padre Las Casas se dio esta semana con la aprobación del instrumento que dio el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, restando ahora la elaboración del decreto presidencial para su promulgación, la toma de razón de la Contraloría General de la República y la publicación en el Diario Oficial, momento en el cual el programa para reducir el material particulado fino 2,5 comenzará a hacerse efectivo en esta zona de La Araucanía. Sobre este plan se han cifrado para parte de la población fundadas expectativas de avanzar hacia un combate efectivo contra la contaminación del aire, al tiempo que otra parte, testigo de los frustrados planes anteriores, recelan aún de la herramienta por no contener lo que a su juicio son los mejores mecanismos para devolver a Temuco y Padre Las Casas de aquel extraviado aire sureño.
Uno de los elementos que ha generado mayor debate en la opinión pública respecto del plan de descontaminación ha residido en cuán sustancioso ha sido el aporte del Estado para actuar más decididamente en la solución de un fenómeno que se ha convertido en un problema de salud pública. En este sentido, la inversión estatal de 100 millones de dólares para Temuco y Padre Las Casas que contiene el próximo PDA aparece al fin como el compromiso de magnitud que esperaba la ciudadanía, frente a acciones anteriores que arrojaron muy pocos resultados y que más hablaban de cierta improvisación y descoordinación de los servicios públicos involucrados.
A diferencia de un anuncio poco feliz de este año, en que se presentó la inversión conjunta del Estado y la que se supone deben realizar las familias, en esta ocasión se tiene la certeza de que esos 100 millones de dólares corresponden a lo que efectivamente se colocará en la zona saturada en un lapso de 10 años, contemplándose recursos para el subsidio térmico en las casas, recambio de estufas a leña e introducción de nuevos tipos de calefacción. Parece ser una luz de esperanza, siempre y cuando haya convicción y cumplimiento de lo prometido.