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Mantenerse informado, en lo posible en estado de control, y adoptar una planificación familiar, son las recomendaciones que sugieren los expertos en el área de la salud mental para los habitantes de la zona lacustre y, sobre todo, los puconinos ante una posible segunda erupción del macizo.
Los expertos manifiestan que dado el contexto es normal la presencia de ciertas alteraciones psicológicas, tales como insomnio, crisis de pánico y angustia.
Y no es para menos, advierten los expertos , ya que la población que vive y duerme bajo la vigilia del macizo está supeditada a la incertidumbre, factor emocional que no contribuye a la recuperación anímica.
El próximo 6 de abril están por cumplirse dos meses desde que el volcán Villarrica despertó y Sernageomin decretara alerta amarilla por aumento de la actividad en torno al cráter.
El macizo se mantuvo en alerta amarilla durante febrero y la madrugada del 3 de marzo hizo erupción por casi 20 minutos. Vino la alerta roja y al día siguiente se retornó a la alerta naranja.
Y desde ese día, los puconinos, villarricenses y habitantes colindantes al perímetro del volcán no han podido recuperar la normalidad de sus vidas.
ALTERACIÓN
Así lo explica el psicólogo de Pucón, Pablo Flores, quien trabaja en un centro de rehabilitación. "Hasta aquí no han llegado pacientes que presenten síntomas psicológicos o de ansiedad vinculados al volcán, pero conversando con la gente y mis colegas, tanto del hospital como en los consultorios, ellos me cuentan que hay temor y una sensación generalizada de incertidumbre, la que por cierto causa temor y preocupación", detalla Flores.
El profesional añadió que luego de la erupción llegó gente al hospital con crisis de pánico y angustia derivada de la incertidumbre. También son recurrentes los problemas para dormir y hay dificultad de integrarse a los trabajos. Inclusive me han contado que la gente por el temor de no alejarse de su familia ha pedido licencias médicas o vacaciones ", contó Flores.
El desafío para superar estos temores, sugiere el profesional, no es menor, ya que las personas "no pueden desdoblarse y seguir con sus vidas, cuando el volcán está ahí. Esto genera exigencias adicionales, como ir a trabajar, pero al mismo tiempo no perder de vista a la familia, esta situación genera lo que se denomina despersonalización y la persona al final termina verificando de manera obsesiva los reportes de la Onemi o levantándose a mitad de la noche", plantea el experto.
El psicólogo y docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Temuco, Rodrigo Atallat, ratifica lo expresado por Flores y acota que "eran esperables niveles altos de ansiedad y angustia frente a un estímulo estresor como es una erupción volcánica".
EQUILIBRIO
Atallat precisa que cuando estos niveles de ansiedad se mantienen dentro de un rango adecuado, la persona se movilice y actúe adaptativamente.
"Pero cuando estos niveles de ansiedad se tornan inmanejables, la angustia hace su aparición, pudiendo incluso llegar a inmovilizar a la persona", explica el profesional.
Y como no todas las personas son capaces de diluir el recuerdo de la erupción, "al final terminan siendo una señal de que se avecina nuevamente el peligro".
Mantenerse en estado de equilibrio emocional, informado y con una conducta proclive a la planificación es la mejor forma de encarar la incertidumbre derivada de la emergencia.
Así lo concluye el psicólogo Rodrigo Atallat, quien enfatiza que es necesario mantener el equilibrio y el control. "Una forma de internalizarlo es usar la analogía jinete - caballo y extrapolarla a la relación razón - emoción, ya que por lo general es el jinete quien debe guiar al caballo y no al revés, salvo excepciones", grafica.
A juicio de Atallat, "es importante no olvidar que es el adulto el llamado a acatar estas sugerencias, ya que la recuperación de las personas vulnerables, como adultos mayores y niños, va depender de la respuesta que tenga el adulto".
Cuando el profesional habla de la planificación se refiere a que las familias deben establecer lugares de seguridad donde encontrarse ante una eventual erupción.
El experto también sugiere contar con un bolso de viaje que contenga ciertos elementos de primera necesidad, como un kit de primeros auxilios, alimentos no perecibles y una muda de ropa.
Otro de los consejos que comparte Atallat y que ayudan a combatir el sentimiento de incertidumbre, "es el establecimiento de redes sociales de apoyo".
Natalia Belmar, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor y experta en psicopatología añade que el sentimiento de angustia de la población se incrementa producto de la desconfianza en el sistema.
"Lamentablemente, la angustia de la gente que vive junto al volcán no se puede aminorar sólo con entrega de información oportuna y veraz, ya que debido a la desconfianza que existe de parte de la gente en las instituciones vinculadas a la emergencia, a propósito de lo vivido con el terremoto y el tsunami, los niveles de ansiedad no disminuyen", dijo.