Atres semanas del inicio del devastador incendio que ha arrasado con miles de hectáreas de la reserva natural China Muerta y del parque nacional Conguillío, la Fiscalía ha confirmado lo que muchos presuponían: la causa del fuego no se explica en las condiciones de la naturaleza (un eventual rayo o altas temperaturas), sino que responde a una intervención humana que, como tal, arrojará responsabilidades y sanciones si es que el Ministerio Público logra desarrollar con éxito su investigación. Gracias a imágenes satelitales de la Nasa que estudió el Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad de La Frontera, ya hay meridiana claridad acerca del día, hora y lugar en el que comenzó el siniestro que a los pocos días se convirtió en uno de los mayores desastres ecológicos en la historia reciente de La Araucanía.

De las fotografías se desprende que el incendio empezó entre las 12 y las 16 horas del sábado 14 de marzo en un punto ubicado en el límite de una propiedad privada con la reserva China Muerta, a escasos 350 ó 400 metros de un camino interior. La ausencia de alguna tormenta eléctrica ese día refuerza la tesis de la intencionalidad humana que ha esbozado el fiscal especializado en delitos medioambientales, que también ha recabado testimonios de testigos que vieron humo en la ladera del cerro Allillonco ese mismo día sábado.

A decir verdad, la mayoría de los incendios forestales en Chile se producen por la intervención del hombre, tanto por negligencia como por una abierta acción delictual. Lo que cuesta entender es que haya sido alguien, o algunos, los que hayan decidido acabar con miles de hectáreas de bosque nativo, con el triste saldo de araucarias milenarias convertidas hoy en troncos quemados y pasto hecho ceniza.

Es menester que quien tenga información sobre la causa del desastre de China Muerta se acerque a la Fiscalía para aportar antecedentes que pueden resultar valiosos para la investigación. Será una tarea difícil determinar las responsabilidades de un crimen -porque eso es-, cometido en el descampado, pero la opinión pública necesita saber qué es lo que ocurrió allá arriba y castigar a los culpables con penas que sean ejemplificadoras.

Los insectos son el grupo de seres vivos más numeroso y diverso que existe en el planeta, que han influenciado la existencia del hombre desde su origen. Hoy siguen afectando mucha de nuestras actividades diarias, tanto a nivel urbano como agrícola.

Aunque la mayoría piensa que los insectos son un obstáculo, otros los consideran un ejemplo de sobrevivencia, evolución y dinamismo. Se estima que existe una tasa de 200 millones de insectos por cada ser humano que pisa la Tierra y en términos de biomasa, destacan las hormigas en la Amazonia Brasileña.

Basados en términos de número y biomasa, los insectos son el grupo más abundante en la Tierra con un número mayor a las 900 mil especies descritas a la fecha, cifra que según expertos podría aumentar en cinco o siete veces.

Al igual que el hombre, los insectos viven en casi todos los lugares de la tierra, excepto en lo profundo del océano. Este grupo es el principal consumidor de plantas y predador de insectos que comen plantas, jugando un rol importante en la degradación de materia orgánica y la cadena alimenticia.

En términos agrícolas, la adaptación de los insectos ha ido de la mano con los cambios en el paisaje realizado por el hombre en el curso de la historia. Así, algunas especies vegetales han sido preferidas en desmedro de otras desplazadas, llevando a los insectos a realizar un cambio paulatino, pero constante en su estructura corporal y comportamiento.

Algunos insectos cumplen un rol benéfico para el hombre, destacando la producción de miel y subproductos de la colmena, producción de seda, actividades como polinizadores, enemigos naturales o biocontroladores de plagas, alimento para la vida silvestre, carroñeros e insectos modelos para experimentación en laboratorio, rol en medicina forense y medicina veterinaria, entre otros.

En Chile, el Inia cuenta con especialistas en entomología agrícola que estudian tanto el control de plagas como el rol de insectos benéficos y su clasificación. Además, Inia Carillanca ha realizado trabajos en el control de plagas, mediante diversas estrategias en los principales cultivos, siendo referente en el control biológico de importantes malezas invasivas en el sector forestal y agrícola. Cuenta con una colección de insectos que data de 1930, la cual ha sido cuidadosamente identificada.