Arquitectura de un escritor
Hace unos días estuvo en Temuco y en Lautaro, invitado por este último municipio para el Día del Libro, el escritor Hernán Ortega Parada (Cauquenes, 1932), sicólogo, fotógrafo y autor de numerosas investigaciones literarias, entre las que destacan "Jorge Teillier. Arquitectura del escritor", cuya segunda edición, corregida y aumentada, data de 2014. En el presente trabajo, Ortega nos ofrece notables ensayos de su autoría, una vasta entrevista a Teillier (1935-1996), varias a los íntimos de éste, y una cronología de las publicaciones de y sobre el poeta que llevaría los muros de Lautaro hacia fronteras ignoradas.
El libro, que indaga en la sicología del artífice de la poesía lárica y en su representatividad cultural como ser y producto de una época, se sustenta en una reflexión de Taine, en orden a que el verdadero documento del desarrollo del pensamiento humano está en las obras literarias: pero vistas como lenguaje del arte y no como catálogo de textos o poemas, o de forma estructurada. Según Ortega, la obra lárica -que remite al lar o lugar de origen, o al símbolo de un esplendor perdido y que se anhela y también se vislumbra- no va a desaparecer. Porque tal como el mismo Teillier señalara, su poesía es ahora leyenda: mito necesario y refrescante que se consolida con los años que transcurren.
El libro de Ortega se une a varios otros textos y a varios otros hitos que, a casi 20 años de la muerte del poeta, anhelan reavivar su llama. En ese sentido, es gratificante saber que el municipio de Lautaro pretende adquirir el inmueble de calle Saavedra 342, última morada de la familia Teillier-Sandoval y donde Jorge viviera hasta sus 17, para erigir un museo que distinga su universo poético, el que conformaría una ruta patrimonial que además podría incluir la plaza, el molino Grobs, la sidrería Kunz y la piscicultura del Parque Isabel Riquelme, entre otros lugares.
Según el arquitecto Esteban Araneda Tranchino (Temuco, 1989), involucrado en el proyecto: "la acción poético-arquitectónica es necesaria para volver a conquistar un espacio perdido por la memoria y el concepto de vacío de cierta arquitectura contemporánea, vindicando construcciones más armónicas, más comprometidas con su entorno y con el ser humano, para en cierta forma 'superar la avería de lo cotidiano y luchar contra el universo que se deshace', al decir de Teillier.
Luis Marín,