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"La verdad es que al tipo le creí todo el rato. Me decía, con muchas groserías y en un tono flaite, que se iba a llevar a mi hija para Bolivia y que allá les encantaban las niñas vírgenes y así me metía miedo con que la iban a violar o iba ser usada para trata de blancas".
Con estas palabras y todavía asustada, aunque ya han transcurrido 72 horas desde la pesadilla, Ingrid Escalona Cartes, madre y dueña de casa de dos hijas, relata el momento de verdadero pavor que vivió el pasado martes, pasadas las 17.30 horas, cuando volvía de su trabajo.
Entonces, fue contactada, según relata, por una intimidante voz masculina a su celular y le aseguraba que tenía secuestrada a una de sus hijas (V.C.) de 11 años, quien estudia en un establecimiento del mismo sector.
Y por si eso no fuera poco, la amenazaba con hacerle daño si es que no seguía al pie de la letra sus instrucciones telefónicas o se comunicaba con Carabineros.
ESTAFA TELEFÓNICA
Ingrid Escalona dice no sentir vergüenza y que desea contar su historia para que otras mamás y familias alerten a sus hijos e hijas respecto de las estafas telefónicas, más conocidas como "El cuento del Tío".
Ella asegura que durante las dos horas que estuvo conectada con el estafador a través del celular "él me hizo vivir un verdadero secuestro".
Y añade: "yo de verdad le creí y si no hubiese sido por Carabineros que me detuvo en la Caja Vecina, yo hubiese depositado los cien mil pesos que junté para los estafadores. En ese minuto, lo único que quería saber es dónde estaba mi hija y que todo se terminara", detalló.
Todo comenzó como una mala jugada del destino, cuando la menor de iniciales V.C., estando en su casa junto con su tío y abuelo, contestó el teléfono fijo que está en la pieza de sus padres.
"Llaman a mi hija a mi casa y se identifican como Carabineros de Chile. Ella contesta y le informan que yo había tenido un accidente y que ellos me querían ayudar. Le piden mi celular que ella les da y luego le preguntan si es que hay un supermercado cerca de la casa y ella dice que sí y le piden que vaya urgente, pero que no le diga a nadie", explica Escalona.
Así fue como a las 17 horas del pasado martes, la menor, sin ser vista por su abuelo y tío, sale corriendo desde su domicilio, ubicado en Pérez Rosales con Ecuador en Pueblo Nuevo, y se dirige al Líder Vecino que está detrás de la Copec Norte, a esas alturas muy asustada, pensando que de verdad le había pasado algo a su mamá.
Estando dentro del supermercado, el estafador vía telefónica, la mantuvo dando vueltas y le decía "que no alertara a nadie o si no ellos no me iban a poder ayudar. También le decían que si ella hablaba el fiscal se iba a dar cuenta y yo iba ir a la cárcel, porque en el accidente había una persona embarazada y había perdido la guagüita", cuenta Escalona.
Durante las siguientes dos horas, la menor siguió al pie de la letra las instrucciones. Estas incluían apagar el teléfono cada cinco minutos. De esta manera, los padres de la menor no podían comunicarse con ella y el estafador jugaba con ambas de manera simultánea.
A Ingrid Escalona la amenazaba con las penas del infierno en contra de su hija si es que ésta no juntaba el dinero y depositaba según las órdenes. Y durante todo ese tiempo, a su hija, en tanto, la mantuvo alejada de su casa y del alcance de sus padres.
Según acota Escalona, la eficaz intervención de Carabineros contribuyó a que tuviera fe y no depositara el dinero. "Estaba con la plata en la Caja Vecina, cuando llegó un carabinero a detenerme, a esas alturas estaban desplegados por distintos puntos buscándola y ellos, de acuerdo a su experiencia, estaban seguros que esto era una estafa", enfatiza Escalona.
Otro azar del destino permitió que una de las tantas llamada del padre de la menor fuera contestada por ella, quien le contó que estaba en el supermercado a no más de cuatro cuadras de su casa.
Entonces, habían transcurrido dos horas desde el primer contacto y el estafador vuelve a llamar a la menor. Esta vez: abrazaba a su padre y luego pudo hacer lo mismo con su mamá. De hecho, no pudo evitar las lágrimas cuando descubrió que estaba sana y salva.
ADVERTENCIA
El comisario de la segunda comisaría de Carabineros de Temuco, teniente coronel Juan Carlos Carrasco, precisó que será parte de la investigación saber si la llamada se hizo o no de la cárcel de Temuco.
"Eso por ahora no tenemos cómo comprobarlo. Lo que sí, según consta en el parte policial, lo que aquí pasó fue una estafa telefónica, la que están ocurriendo no sólo en Temuco, sino en muchas partes de Chile, pero la comunidad debe tener conciencia que Carabineros nunca va llamar a un domicilio para pedir dineros o especies", explicó Carrasco.