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El persistente viento de la noche del domingo y madrugada de ayer impidió que el pequeño agricultor Alex Cayunao tuviera noción de la masacre que se desarrollaba a metros de su vivienda. Sólo a la luz de la mañana, al cumplir el ritual diario de abrir la cerca para sus ovejas, pudo descubrir que sus 24 animales -varias crías entre ellos- estaban todos muertos.
Heridas en el torso, cuellos abiertos, demostraban la saña con que el o los depredadores habían actuado en la oscuridad. Las ovejas no estaban devoradas, pero exhibían las heridas que las llevaron a la muerte.
Todavía sin respuesta a sus preguntas, Alex Cayunao tiene dos opciones respecto del agresor: un puma, o una jauría de perros.
"Los animales murieron en la madrugada, recién los vi en la mañana, cerca de las 9 de la mañana, era espantoso, todas mis ovejas estaban desparramadas por el potrero", señala el pequeño agricultor, mientras levanta los últimos cuerpos para apilarlos en la parte trasera de una camioneta. "Los 24 estaban muertos, esos eran todos mis animales. Ahora los estamos llevando por aquí cerca para enterrarlos, porque ni siquiera su carne se puede aprovechar".
En el kilómetro 14 del camino a Niágara, comuna de Padre Las Casas, se produjo el salvaje ataque. Dentro de los animales muertos habían ovejas preñadas y otras recién paridas. Las pérdidas -estima el propietario- alcanzan al millón de pesos.
"Yo creo que fue el puma, vi huellas, aunque el SAG estuvo aquí en la mañana y ellos creen que fueron perros", apunta Cayunao. "Ahora, efectivamente en este lugar se han detectado jaurías de perros, porque lamentablemente mucha gente viene hasta este sector a botar perros".
Mientras una pala mecánica abría un pozo en el campo para enterrar a los 24 ovinos, Cayunao asegura que la muerte de sus ovejas es un duro golpe a su economía y la de su familia. "Yo vivo de esto, y ahora sólo me quedan algunos cerdos... Ahora hay que estar atentos de los perros callejeros, si es que fueron ellos", apuntó el padrelascasino.
Su madre, Aurora Neicún Paillalef, asegura que en sus 90 años jamás había visto una mortandad de animales como la que hubo a metros de su casa.
"Llegué a tener 50 ovejas, pero ahora teníamos estas 24 que mi hijo criaba en el corral. Todas se murieron", señala Aurora Neicún, todavía incrédula de lo ocurrido.
Apenas un día antes del ataque a las ovejas de Alex Cayunao, otros 15 ovinos murieron en circunstancias similares en el campo de otro vecino del sector, distante apenas 3 kilómetros. También quedó la duda de si el responsable había sido uno o varios pumas, o simplemente una jauría de perros.
Quien sí tiene una respuesta, al menos a la interrogante de la muerte de sus animales, es el vecino del sector Calbuco, siempre en Niágara, Sergio Marilaf.
"A mí hace un mes apenas que vi morir 4 ovejas, y fueron perros los causantes", asegura el pequeño agricultor, quien agrega que "fue en pleno día, las ovejas huyeron asustadas y se metieron al estero que corre aquí cerca del sitio, con los perros detrás. Pude sacar algunas, estaban muertas ya, y salvé otras dos, pero al poco rato murieron por las heridas que tenían, mordiscos enormes".
Cuatro eran los perros que formaban la jauría que atacó a sus animales.
"Yo creo que también eran perros los que mataron a las ovejas de los dos vecinos", apunta Sergio Marilaf. "Es un problema grande y alguien tiene que ayudarnos", concluye.