Héctor Ochoa
Desde el viernes 17 de julio que la pianista oriunda de Copiapó, Lucía Uribe, recorre la ribera del río Cautín en una itinerancia artística inédita que comenzó en Lonquimay y que terminará en diciembre en Puerto Saavedra y que lleva por nombre "Sonidos del Cautín". Así, la licenciada en Artes con mención en Interpretación Musical de la Universidad de Chile, se presentará este jueves en el Aula Magna de la Universidad Católica de Temuco, a partir de las 20 horas y de manera gratuita.
De esta manera, son nueve conciertos y nueve clases maestras las que realizará la joven, quien además es profesora de la cátedra de Piano en la Academia de Artes Musicales de la UC Temuco.
-Los conciertos comenzaron en julio, ¿cómo fue esa primera experiencia?
-Era una aventura ir para allá. Llegó gente del límite, donde está la aduana, a 40 kilómetros de Lonquimay, con nieve. Fue increíble, llegaron 40 personas, que para el día que nos tocó en el que comenzó la tormenta de nieve fue bastante. Hicimos un concierto bien familiar, conversamos con el público. Incluso hubo un chico que sacó el concepto político del agua y para mí esto también es un tema político, porque sacar el arte del teatro es políticamente activista, en el fondo es democratizar el arte… Los niños decían: 'nunca, jamás ha venido un concierto o alguien a tocar piano, menos con un piano'. Ojalá esto se repita y no sea solo un evento.
-En ese sentido, ¿tiene intención de repetir la instancia o de embarcarse en un proyecto similar?
-Sí, de hecho, el concepto creado como "Sonidos del Cautín", es para que no solo sean sonidos del piano, sino que fueran otros instrumentos o cualquier cosa que emita sonido, desde obras de teatro y por supuesto ligada al arte.
-Y, ¿qué tal la experiencia de recorrer estas ciudades?
-Es totalmente nuevo, totalmente distinto a llegar a un teatro acondicionado, en donde están todas las condiciones específicas para tocar algo y acá no; falta piano, falta calefacción o no hay camarines. Eso hace que la gente se replantee sobre el asunto para que así lleguen más cosas, es como una cuestión simbiótica, para mí es gratificante en cuanto a la gente que no ha tenido la oportunidad de asistir a un concierto, menos a una clase, y menos de tocar un piano. Estoy haciendo lo que realmente me gusta, estoy haciendo lo que quise hacer cuando empecé a tocar el piano de niña, tocarles a todos, no me gusta mucho la burbuja de ser solista y viajar, como que te vas endiosando. Esto es todo lo contrario, y a la gente le llama mucho la atención y claramente lo agradece.
-Es también una manera de ampliar el registro artístico y cultural de sectores en donde no hay mayor acceso a este tipo de expresiones…
-Yo creo que sí, ante todo somos nosotros los protagonistas como músicos o como artistas, somos nosotros los que tenemos que sacar esto y expandirlo. No tiene que ver la estructura del teatro, la administración, ni nada; somos nosotros quienes primero debemos llevar algo de calidad a la gente que no tiene el acceso. Y para qué, para crear público, porque así se van ampliando los centros culturales o las mismas juntas de vecinos, todo se puede acondicionar para un concierto. ¿Qué hace falta? Que los músicos tengan la intención de enseñar. Muchos creen que los recintos van a estar llenos y no es así, es el músico quien debe convencer saliendo del teatro, saliendo de la escuela.
-Con respecto a sus palabras, ¿cómo ha sido la recepción del público?
-Me agradecen porque llevo obras bien conocidas, también para "hacerle oreja", el "Danubio azul" la rompe, les encanta.
-Y, ¿cómo ha sido además llevar a cabo un taller posterior a sus presentaciones, en el sentido que durante el lanzamiento propuso que si su obra podía inspirar a alguien a seguir su vocación habría un objetivo cumplido?
-Se ha dado, y he visto exactamente lo que me pasó a mí. La primera vez que vi un piano fue uno de cola y me impresionó. Y he visto a niños, desde Lonquimay, embobados con el piano. Y no ha sido solo uno, entonces de verdad yo siento que si esto fuera más democrático, además de desmitificar que "no se gana plata" o "que te mueres de hambre", habría muchos más artistas.
"Hubo un chico que sacó el concepto político del agua y para mí esto también es un tema político, porque sacar el arte del teatro es políticamente activista". "De verdad yo siento que si esto fuera más democrático, además de desmitificar que 'no se gana plata' o 'que te mueres de hambre', habría muchos más artistas". "Somos nosotros los protagonistas como músicos o artistas, somos nosotros los que tenemos que sacar esto y expandirlo. No tiene que ver la estructura del teatro".
"Sonidos del Cautín"
Los conciertos de piano de "Sonidos del Cautín" son organizados por "LapoLiLLa" (gestión cultural), productora a cargo del actor Eduardo Salvador Díaz, y tienen como protagonista a Lucía Uribe, quien a la fecha se ha presentado en Lonquimay, Curacautín, Victoria, Perquenco y Padre Las Casas, para continuar este jueves en Temuco y seguir en octubre en Lautaro, en noviembre en Carahue y en diciembre en Puerto Saavedra. Además, en cada sitio la pianista realiza una "master class" en la que los interesados podrán tener, en algunos casos, su primera interacción con un piano. Cabe recordar que éste es un proyecto financiado por los Fondos de la Música convocatoria 2015 del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
9 ciudades
visitará "Sonidos del Cautín", ya van cinco. Lonquimay fue la primera. 4
escenarios restan para concluir el recorrido. En Temuco el concierto se presentará el jueves.
90 minutos
dura cada concierto con obras de Chopin y Strauss, entre otros.
entrevista. LUCÍA URIBE, PROTAGONIZA "SONIDOS DEL CAUTÍN: