Muchas críticas, debido a algunas de sus expresiones se han venido haciendo en Chile en contra del Papa Francisco. Van desde el tema Boliviano hasta Osorno. Lo más probable es que estas frases del Pontífice -extendidas también a diversas realidades en el mundo- continúen. La razón es que el Sucesor de Pedro, que el Señor ha puesto al frente de su Iglesia para este tiempo, no se va a detener en su modo y estilo de hacer y de plantear las cosas. Es un hombre que dice y hace lo que piensa, con un estilo muy coloquial, espontáneo, y con un lenguaje accesible a todos en una interacción con las personas directo y afectivo. Se ha encargado de derribar barreras que pudieran crear alguna distancia o lejanía, aún en riesgo de su propia seguridad personal. Las profundas reformas que está impulsando en la Iglesia y en la Curia, dan testimonio de su voluntad de una Iglesia que en todos los ámbitos privilegie el estilo y las opciones de Jesús.
Por supuesto que implica riesgos, y quizás no pocos. De hecho ya ha debido pedir perdón incluso a un país entero por algún error, o por frases con los que otros, incluso a un país entero. Significaría entonces que: ¿Lo mejor sería volver a la práctica de lo "Políticamente correcto"?, ¿Una suerte de asepsia que impida quedar mal, o de adornar el lenguaje en modo que cueste entender lo que en realidad se ha querido plantear para no herir susceptibilidades, tocar privilegios o intereses políticos y económicos, denunciar lo que destruye las sociedades, al planeta o la dignidad del ser humano?, sería deslavar la fuerza transformadora del Evangelio por la que Jesús fue arrastrado a la cruz.
Internacionalmente el mundo creyente y no creyente, ha aplaudido en un porcentaje muy significativo esta forma de papado, incluso que sea capaz de equivocarse, y más aun de pedir perdón, de no ser perfecto y por ello alcanzable, humano. Sobresale su honestidad, sencillez, coherencia y el servicio al mundo sin distinción. Su mensaje ha calado hondo en las naciones visitadas, y en su reciente visita a EE.UU y la ONU, en donde en nombre del Señor y la Iglesia alzó su voz profética en modo fuerte y claro. No cabe duda que el Papa es el único líder de características mundiales en ser tan seguido, apreciado, escuchado y acogido multitudinariamente por donde vaya. En medio de tantas vicisitudes y diversidades históricas, es un referente, una suerte de "Padre de la humanidad", una brújula que señala por dónde debe caminarse y por donde no.
La invitación respecto de situaciones que no han agradado en Chile, es a ubicarlas en un contexto mucho más amplio, a evaluarlas en su justo mérito, y sobre todo desde ningún otro interés que el Evangelio, haciendo el ejercicio que hace nuestro pueblo más sencillo y desde una fe tan humilde como profunda: "Por algo Dios esta permitiedo que nos pase todo esto doloroso". ¿No sería bueno discernir ese algo?
Héctor Vargas obispo de Temuco