Participación femenina en programas de Indap aumenta en seis mil usuarias
EN LA ARAUCANÍA. En total, hay 48 mil mujeres participantes, lo que se traduce en una representación del 41%.
La incorporación de la mujer al desarrollo rural ha crecido paulatinamente. Están asumiendo con mayor fuerza un rol estratégico en los procesos productivos y de innovación agraria, iniciativas que les permiten contribuir a la economía familiar y al reconocimiento social.
Bajo esta premisa es que Indap Araucanía ha generado las condiciones para facilitar el acceso de las mujeres campesinas a los diversos instrumentos y programas que tiene la institución.
"Del total actual de usuarios, 28 mil son mujeres, lo que equivale a un 41%. En comparación al año anterior hemos incorporado a 6 mil más. La idea es seguir generando oportunidades de desarrollo para ellas, con la transferencia de recursos, capacitación y asesoría técnica" señaló el director regional de Indap, Alex Moenen-Locoz, durante la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural.
La celebración organizada por Indap en conjunto con la Mesa de La Mujer Rural, contempló una muestra de productos campesinos elaborados por emprendedoras de todas las comunas de la Región, y la entrega de reconocimientos a seis mujeres que han destacado por su contribución al mundo rural.
En la oportunidad, el seremi de Agricultura, Alberto Hofer, destacó que el Ministerio quiere relevar el rol que cumple la mujer en el campo. "La economía familiar se ve robustecida con el trabajo de ellas, cotidiano, de sol a sol", afirmó.
Experiencias
En La Araucanía, las mujeres desarrollan experiencias productivas en los rubros de agroelaborados, horticultura y floricultura, desarrollo de artesanía textil, platería, cultivo de plantas medicinales, producción apícola, elaboración de alimentos procesados, e iniciativas de turismo rural, entre otros.
Los emprendimientos se han materializado a través de programas de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), desarrollo local, inversiones, créditos, y programas de capacitaciones y convenios generados con Prodemu y Sernam, en coordinación con la Mesa de la Mujer Rural.
Estas experiencias demuestran que la incorporación de la perspectiva de género al desarrollo productivo adquiere relevancia, en términos de su contribución al incremento del capital humano y social, donde la familia rural en su conjunto se transforma en el eje impulsor del fortalecimiento de las economías locales.