"Todos se sienten con derecho a opinar, sin siquiera tener idea ni información de qué se está hablando" me decía un amigo, refiriéndose a los comentarios en las redes sociales.
Y creo que tiene razón. Hoy en día se lee un titular, y antes de saber de qué se trata, o chequear si es información completa, o porque lo dijo alguien que no le agrada, o sin considerar que puede tratarse de un titular sugerente sólo para "hacer picar", basta para destrozarla por medio de polémicas en las redes sociales, sin fundamentos y sin la disposición a escuchar antes de responder.
Es lo que ha pasado tantas veces, y que vi reflejado en la promoción del Primer Encuentro de Varones que a nivel nacional se desarrolla este fin de semana en Temuco, organizado por la Red de Hombres Cristianos de La Araucanía. ¿Qué molestó tanto? Que el título sea "Reconstruyendo la Hombría".
Claro, por ignorancia, falta de información o por mala intención, y antes de escuchar lo que allí se diría, se comenzó a cuestionar. Seguramente los mismos detractores creen que hombría es símil de machismo. Pero la Biblia descarta eso de plano, y los cristianos estamos trabajando para cambiar esa mirada y no abusar de los que Dios ha puesto bajo nuestra responsabilidad.
¿Dudan acaso estos detractores que nuestra sociedad está viviendo una crisis y que ésta tiene como protagonista al hombre más que a la mujer? ¿Dudan de que la mayor parte de los abusos hacia las mujeres, hacia los niños, el cobarde abandono de las familias, las situaciones de trato violento al otro, sean porque el hombre ha perdido el entendimiento de su rol? Por que el diseño de Dios para el hombre siempre fue, guiado por el modelo de Cristo, ser protector, guía, proveedor, aquel que se entrega a sí mismo para construir fielmente su matrimonio, proteger a su familia, preservar la sociedad al punto del autosacrificio.
Identidad y propósito para el hombre es un tema clave hoy en día en la sociedad. Y no tenemos dudas de que la iglesia debe tratar este tema valiente y humildemente. A algunos no les gusta que lo digamos directamente, ni que intentemos buscar una solución.
Pero lo peor de todo es que aquellos detractores que tanto abogan por tolerancia, cuando se trata de otros analizando y proponiendo a su propia gente soluciones basadas en propósitos divinos e identidad trascendente, se les acaba la tolerancia. Y claro, muchos siguen los pasos de quienes se victimizan, sin siquiera escuchar, y menos reconocer que todos ellos no son parte de la solución sino del problema.
Andrés Casanueva
Concejo de Pastores