Ley del Gas: grave centralismo y abandono del sur
Gracias a ese sentimiento de solidaridad se materializó un trabajo mancomunado de todas las fuerzas vivas de la Región, a pesar de las diferencias que en ocasiones puedan existir. El proyecto carece de una visión que permita incentivar energías menos contaminantes.
La contaminación por humo de leña sigue en niveles extremos, superando en muchas ciudades del sur el límite OMS más del 75% del invierno, haciendo irrespirable el aire. Esta contaminación es la mayor muestra del centralismo y abandono de la población del sur, no siendo lógico que se siga promoviendo la leña mientras en Santiago se busca prohibir por todos los efectos negativos que produce.
El uso del gas natural es una eficaz solución a este problema, sin embargo el proyecto de ley que discute el Senado, que cambia la ley del gas (DFL 323) y que pretende mejorar condiciones para usuarios de gas, tiene serias deficiencias técnicas. Producirá efectos contrarios a los buscados, concentrará la industria, limitará posibilidades de nuevos entrantes y colocará más dificultades a los actores medianos y pequeños para extender el uso del gas por red, especialmente en el sur, forzando aún más la masificación de otros combustibles -como la leña- que hoy tienen graves externalidades negativas, deficiencias de regulación y fiscalización, afectando a la población en seguridad, salud y medioambiente.
El proyecto carece de una visión que permita incentivar energías menos contaminantes, diversificar la matriz energética y otorgar un marco que analice cada mercado regional en su realidad. Por eso producirá, si es aprobado, una seria limitación al desarrollo de la distribución de gas por red, no solo porque limita rentabilidades, sino porque suprime al Tribunal de la Libre Competencia del análisis del mercado.
Esta iniciativa busca regular por ley detalles específicos, sin análisis caso a caso, por mercados regionales y establece, sin pronunciamiento de organismo especializado, como el TDLC, que todas las empresas de gas por red -incluyendo las de regiones con realidades dramáticamente distintas a Santiago- son monopolios, es decir, no tienen sustitutos y la conexión y consumo de su servicio, es obligatorio, único y perpetuo. La evidencia para Intergas -que cubre Chillán a Temuco- es lo opuesto: fuerte competencia con diversos tipos de energía, incluyendo varios con ventajas por la evidente asimetría regulatoria, aún sin corrección por la autoridad de Energía.
Es entonces un proyecto centralista, no considera particularidades económicas y energéticas de cada zona, integración o independencia de cada empresa, inversiones de puesta en marcha ni grado de competencia. Tampoco permite contabilizar como corresponde las inversiones en nuevas instalaciones, siendo un cambio esencial en las reglas del mercado energético, generando desconfianza e incertidumbre para ampliar la cobertura del gas.
De no mejorarse estos aspectos, el sur difícilmente podrá optar por una alternativa limpia y segura como el gas natural, quedando su población expuesta a los actuales niveles de contaminación.
Rodrigo Larrondo gerente general Intergas