Héctor Ochoa
El escritor y poeta mapuche, Elicura Chihuailaf, exhibe actualmente en Lo Barnechea (Región Metropolitana), junto al pintor chileno Carlos Maturana, conocido como Bororo, una versión ilustrada del poema "La Araucana" de Alonso de Ercilla, en el que el autor de "De sueños azules y contrasueños" seleccionó fragmentos del clásico español, los que fueron llevados a tela por el santiaguino.
"Yo conocía a Bororo como pintor y como persona, así que me agradó mucho la idea de trabajar con él", señaló Chihuailaf, quien recibió la invitación de su amiga, la curadora Amparo Mardones, para trabajar en el proyecto.
-¿Cómo fue la selección de fragmentos del poema de Alonso de Ercilla para esta entrega?
-Hice una selección relacionada fundamentalmente con la admiración y la valoración que don Alonso hizo de la cultura nuestra, porque uno de los énfasis que él puso fue en el hecho que -según él- la cultura mapuche es una cultura, desde el punto de vista de hoy, muy democrática, porque las decisiones se toman en colectivo, con la existencia de consejos de ancianos, la realización de grandes asambleas con participación de mucha gente, entonces eso a don Alonso le llamó la atención porque decía que España estaba atrasada en ese sentido, porque mientras el pueblo mapuche actuaba colectivamente, ellos debían obedecer al rey.
-¿Existirá, bajo esa perspectiva, una similitud entre lo que versa "La Araucana" y lo que ocurre actualmente en la Región?
-Yo diría que por eso "La Araucana" es tan importante, porque es un libro válido también para la situación que se ve hoy día. Nuestro pueblo siempre ha estado dispuesto al diálogo, pero el Estado chileno y los grandes empresarios han querido imponer la fuerza, y aquí hay un hombre que desde ese tiempo está diciendo que es importante poner la realidad sobre la mesa y entonces poder conversar. Incluso hay octavas en las que Ercilla señala esto, que aquí hubo mucha generosidad a pesar de que España llegó arrasando
-Entonces no hay un símil, pero serviría para comprender el contexto…
-Exacto, no hay un símil. Pero, "La Araucana" es totalmente un libro vigente para este momento.
-En ese sentido, ¿lo que hizo con Bororo, además de otras manifestaciones artístico-culturales, contribuyen al diálogo?
-Sí, sí, claro, el trabajo desde el arte es siempre de lo mejor que ha habido en cuanto a la dualidad que uno es, de lo positivo y negativo que uno es, y que son todas las culturas. Entonces, es una invitación a la tranquilidad y a mirar con altura de conocimiento y de amplitud de criterios lo que estamos viviendo aquí; es una invitación al diálogo y al diálogo siempre ha estado dispuesto nuestro pueblo. Pero, entonces para poder conversar hay que hacer una revisión de la realidad histórica que aquí se ha vivido, cuando se habla que se transgrede la legalidad, hay que reconocer y el Estado debe reconocer que ellos transgredieron la legalidad existente aquí, o sea que hoy día esa legalidad está impuesta sobre una legitimidad que no se reconoce.
LETRAS Y MÚSICA
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-Bueno, yo concluí la primera parte de un libro de memorias que se llama: "La vida es una nube azul" y que es un trabajo que me apoyó la Universidad de La Frontera y que va a ser publicado a finales de este mes o a mediados del próximo. Y hay también un libro de poemas que va a publicar la Editorial Lom que se llama: "La tierra sueña en azul" a principio del próximo año.
-Supe que también hay un proyecto musical…
-También hay un trabajo con músicos, son poemas que están siendo grabados por un grupo que se llama "Kalfu" (Azul), cuyo director es mi amigo Jaime Herrera, y que es un disco con musicalizaciones de mis poemas hechas por reconocidos cantores y músicos chilenos como Joe Vasconcellos, Francisca Valenzuela, Francisco Sazo, de Congreso, uno de los músicos de Illapu otro de Inti-Illimani.
-¿Hay fecha de lanzamiento?
-Eso ya lo están grabando y tal vez salga para diciembre. El disco de llama "Trawün" (Reunión).
La tradición se dio cita en la primera Fiesta de las Naciones de Temuco
Fueron 11 los países que ayer dieron vida a la primera Fiesta de las Naciones de Temuco, inédita actividad organizada por la Municipalidad, a través de la Dirección de Turismo, y que tuvo lugar en el Parque Estadio Germán Becker, de 11 a 21 horas.
Así, el punto de encuentro fue la plaza de las Banderas, lugar desde el cual representantes de Alemania, Palestina, Suiza, España, Colombia, China, Perú, Estados Unidos, Italia, Venezuela y Chile marcharon hasta el principal recinto deportivo de La Araucanía para mostrar elementos típicos de su cultura.
De esta manera, bailes, vestimenta y gastronomía típica fueron parte de un evento que congregó a 4 mil visitantes, quienes durante el transcurso del día fueron testigos de la diversidad cultural que existe en la Región, disfrutando de clásicos como el prosciutto italiano, el jamón serrano español y el té chino.
TRADICIONES
"Cada uno de estos países mostró lo mejor de su cultura y sus tradiciones. Además, tuvimos un escenario que durante todo el día mostró bailes, cantos y poesía de cada uno de ellos. Es decir, Temuco se llenó de colores en lo que promete ser un evento que llegó para quedarse", dijo Loreto Gaete, directora de Turismo de la Municipalidad de Temuco.
En este sentido, los presentes visitaron las distintas carpas que albergaron a las delegaciones y en donde fue posible encontrar desde fotografías con la llegada de inmigrantes al sur de Chile hasta preparaciones gourmet de productos típicos.
Aníbal Puente, presente en el stand español, destacó que "estas instancias son muy buenas, sobre todo para mí que soy profesor de Gastronomía, es bueno que la gente joven que guste de esto se impregne de tantas culturas que tenemos en Temuco; la alemana, la italiana que tienen una cocina exquisita y que son la base de nuestra gastronomía".
Elena Gu, de China; Farid Riadi, de Palestina; y Osvaldo Schneeberger, de Suiza destacaron la iniciativa y la buena respuesta de los temuquenses, quienes disfrutaron de la traducción de sus nombres a siglas del país asiático, de los productos a base del árbol de Olivo y de los quesos sureños con receta europea que ofrecieron en sus carpas.
Asimismo, tarantelas, bailes peruanos, polkas, vallenato, bailes árabes y españoles, además de cueca y música de del territorio nacional, amenizaron una jornada en la que distintas culturas se reunieron en el corazón de Temuco.