Condena a tractorista
En relación a la condena recibida por José Cañete, tractorista del fundo Nilpe, me parece que es otra demostración más de que la justicia en La Araucanía está haciendo muy mal las cosas. Es necesario recordar que este trabajador fue atacado por un numeroso grupo de comuneros que ingresó violenta e ilegalmente al predio donde ocurrieron los hechos. José Cañete fue agredido y rodeado por varios, y su única intención fue protegerse y salvar de ese peligroso contexto en donde él (es necesario precisarlo) nunca buscó estar. Este trabajador, en cosa de segundos, pasó de ser otra víctima de la violencia a ser culpable de un lamentable hecho que fue originado, desde un inicio, por los mencionados comuneros, los cuales ese día cometieron varios delitos flagrantes como la usurpación violenta, el daño a la propiedad privada y lesiones contra personas, en los cuales no vemos ningún imputado por parte de la Fiscalía. Entonces, señores fiscales de La Araucanía, ¿donde está el principio de objetividad? Es incomprensible e "injusta" la actuación de la Fiscalía en este caso y de los jueces al ponderar los hechos, pues resulta incomprensible que una persona sea condenada por defender su vida, una persona esforzada y humilde que, realizando las faenas que le permitían llevar el sustento a su familia, de pronto cae en desgracia por culpa de esos pocos mapuches que usan y abusan de su propio pueblo para beneficiarse exclusivamente ellos mismos. Lo que está pasando con José Cañete es de una injusticia que indigna y duele, pero que lamentablemente no extraña aquí en La Araucanía, donde los violentistas hacen y deshacen a su antojo mientras las víctimas viven atemorizadas pensando que en cualquier minuto su vida puede sufrir un drástico y dramático giro, tal como está sucediendo con este trabajador. Alejandro Martini, Movimiento Paz en La Araucanía
Un paso hacia la justicia
La reciente creación de una Multigremial que agrupa a más de 130 organizaciones de personal en retiro de las FF.AA., Carabineros y PDI, desde Arica a Magallanes, constituye sin duda un importante paso en pos del respeto, justicia y defensa de quienes sumados sobrepasan los 130.000 pensionados y retirados de dichas Instituciones.
Convencidos de que el único apoyo a sus justas reivindicaciones es aquel proveniente de sus propias filas junto a sus grupos familiares, han concretado este importante logro cuyos objetivos son tan simples como claros: mejoras en las pensiones de retiro cuya media bordea los $250.000.-, soluciones a la asistencia en la salud ya que comparten los problemas de salud pública que afectan a la comunidad especialmente respecto a aquellos de la tercera edad, y un tratamiento igualitario a sus procesados y presos políticos para quienes no hay Estado de Derecho ni igualdad ante la ley.
Julio Alarcón, cientista político
¿Qué ha pasado con Chile?
Respecto a la carta de ayer miércoles: "Qué ha pasado con Chile", que firma el Sr. Ricardo López Bisquertt ; manifiesto mi extrañeza porque la definición que entrega a partir del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, no concuerda en absoluto con la realidad del país, como para señalar que: el Estado está entronado en medio de todo. Da la impresión que la misiva es irónica porque desde el agua hasta la luz y otros servicios y elementos básicos para la vida humana, son privados y bienes de consumo. Esto lo confirma el informe del Banco Mundial que señala que apenas 12 mil personas (el 0.1 por ciento de doce millones mayores de 20 años) tienen un ingreso anual de $581 millones. Y es allí donde están los carteles de los pollos, remedios, papel, etc. Por último, sería bueno saber en qué Universidad se formaron y si tuvieron cursos de ética, antilucro exagerado y antiusura.Manuel Ortiz
Patria, país y gobierno
En los discursos y declaraciones políticas se encuentra repetido muchas veces el vocablo gobierno: en mi gobierno, nuestro gobierno, la lealtad al gobierno, etc., indicando que es lo que más importa. Se utiliza menos el vocablo país y solo se nombra para abarcarnos a todos geográficamente o para encuestas. De un tiempo a esta parte se lee cada vez menos la palabra patria, esa referida al terruño, a los chilenos que la componemos, a los sentimientos de amor por ella, aquella que representa a las familias, a la unión producto de lazos históricos que nos identifican y nos hacen orgullosos de nuestra nacionalidad. También se evita la palabra patriota en cuánto a dar todo por ella, es decir, por todos los chilenos. Patria, en nuestros días, tiene una connotación política, que no conviene a aquellos que abogan por una patria grande o universal, que pretende un poder político mundial. Hacer desaparecer las palabras, entraña al mismo tiempo anular su concepto y en este caso dejarnos sin patria.
Marcos Concha