Edificio Marsano: un clásico en el epicentro de la Feria Pinto
TRADICIÓN. La edificación es casi una postal del casco antiguo de Temuco. Pero una ley absurda impide que sea factible su restauración.
Es de mañana y aún el sol no tiende por completo las doradas hebras de sus cabellos, cuando junto al reportero gráfico nos dirigimos al sector de Feria Pinto, conocido también como Barrio Estación. Ahí, en una punta de diamante que incluye las calles Lautaro, Aníbal Pinto y Barros Arana, hallamos el mítico Edificio Marsano, que desde mayo de 2014, en una iniciativa gestada por la Universidad Mayor y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo regionales, estuvo en proceso de estudio para ser declarado Monumento Nacional. Pero el asunto no prosperó.
UNA LEY ABSURDA
Según el arquitecto de la Universidad Mayor, Gonzalo Verdugo, uno de los gestores del mentado estudio, la actual Ley de Monumentos Nacionales es absurda.
"Obliga a los dueños de un inmueble poco menos que a ser unos filántropos para que los declaren Monumento Nacional. Les impiden incurrir en cualquier forma de lucro y ni siquiera los subvencionan, más allá de arreglarles un poquito la fachada o poco más, por lo cual irán siempre para atrás. Yo mismo aconsejé a los dueños que no siguieran adelante con la iniciativa, hasta que la ley sea modificada, por supuesto.
UNA HISTORIA
El Edificio Marsano fue construido en albañilería de ladrillo en el año de 1926, por Bernardo Buscaglione Bertini, para ser ocupado como hotel de lujo. Aunque parezca inverosímil, en él llegaron a hospedarse los Presidentes Arturo Alessandri Palma, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende; además del revolucionario Ernesto 'Che' Guevara, cuando pasó por la ciudad en su vasto periplo latinoamericano. Pero las cosas han cambiado. Los años y el desgano, sin duda el abandono y cierta negligencia achacable a la modernidad un tanto exasperante de esta urbe progresiva y también desmemoriada, lo redujeron a la más miserable de las condiciones: ser un antro de personas de malos manejos.
EL ADMINISTRADOR
A este respecto, el padrelascasino Óscar Rojas, quien junto a su esposa Nancy Quintremil es quien desde hace 12 años administra el inmueble cuya única entrada está en Barros Arana a la altura del 182, y que aún funciona como hostal en una de sus partes, puntualiza: "Antes de que yo me hiciera cargo la situación era muy irregular, pues había una persona que poco menos que se tomó el edificio e hizo con él lo que quiso. Pero ahora la cosa anda ordenadita; usted ve que las habitaciones son sencillas (son seis y cobra por ellas el inverosímil precio de siete mil pesos), pero todo está muy limpio, pues yo también vivo acá con mi familia", aclara.
Y luego puntualiza que "aparte de gente muy sencilla, acá vienen casi puros gringos. Si me pregunta por los dueños del Marsano, debo decirle que son caballeros de edad, muy buena gente y que cuento con toda su confianza".
ITALOTEMUQUENSES
Sabido es que en Temuco hay una ponderable cantidad de personas descendientes de colonos italianos, a quienes, ocupando un neologismo, podríamos llamar italotemuquenses. Benzo Verdi e Ítalo Ercoli, propietarios del inmueble, pertenecen a este grupo.
Pudimos hablar con don Ítalo Ercoli, un señor de edad madura y aspecto principesco. Parece salido de un filme de Spaghetti Western. De entrada comenta que es el propietario. "Aunque mi hija administra la talabartería "La Doñihuana", afirma.
Nos asegura que el actual administrador del Marsano cuenta con toda su confianza. No tiene claro qué pasará con el tema de la declaración el edificio como Monumento Nacional. Y quien escribe, tampoco.
Dejamos atrás el sector de Feria Pinto. ¿Será necesario decir que nos asiste la certeza, quizá incontrovertible, de que ésta yace tan colmada de historias, patrimonio y de belleza, como las refrescantes sandías que lucen adornando el paisaje?
Una cúpula de aire renacentista
La célebre cúpula del Marsano (restaurada hace algún tiempo) le otorga al edificio un aire exótico y refinado. El ritmo de ventanas y sus arcos de medio punto, así como la clara segmentación de ambos pisos, le arrogan al edificio cierta reminiscencia renacentista. Infortunadamente, la restauración de la cúpula (y de todo el edificio, diremos) sólo pudo ser parcial: el sector del interior de la misma, que yace disociada del hostal, es en el tiempo presente un domicilio de palomas.
1926 Es el año de fundación del Edificio Marsano. Su constructor fue Bernardo Buscaglione Bertini