Reclamo contra cafetería
El día lunes 11 de enero fui a la Pastelería y Cafetería Sweet de Villarrica a cenar con mi familia y en el salón principal de la cafetería, en el mismo mesón donde preparan los café con crema y junto a la puerta de salida de los platos servidos, había trabajadores de la Cafetería aserruchando madera junto a la zona de comida y a mesas con clientes. Le consulté a la mesera si demoraría mucho y me dice que no. Pero luego de 10 minutos al continuar la situación, pedí el libro de reclamos y éste "me fue negado".
Sin perjuicio de contravenir las normas de buenas prácticas de manufactura de alimentos inocuos y del Reglamento Sanitario de los Alimentos (DS 977/96 del Minsal) es una vergüenza para nuestra Región turística.
José Alfredo Molina, ingeniero civil industrial
Sampaoli y la ANFP
Relacionado con el DT Sampaoli los contratos son para respetarlos, si se quiere ir que se vaya, pero debiera de indemnizar a la ANFP con seis millones de dólares.
¿Qué hubiera pasado si en una mala campaña Sampaoli fuese despedido del mando de la selección chilena?
Lógico que el entrenador habría hecho respetar su contrato, como dice el dicho a llorar a la FIFA. También dice que se siente un rehén en Chile, hay que solucionar luego este asunto, antes que el DT se asile en la embajada de Suiza.
Américo Ahumada Martinez
El hombre que nos mira desde las estrellas
Bowie todavía no cumplía los 43 años cuando lo pudimos ver a pocos metros en un no repleto Estadio Nacional ese 27 de septiembre de 1990. Habíamos llegado temprano para acercarnos lo más posible a la reja que divide la cancha del escenario. Entonces no había sector VIP ni cancha preferencial, todo era cancha como en las viejas pichangas de barrio. Era la primera vez, en pocos meses que tantos artistas de talla mundial pisaban la cancha del Estadio Nacional, casi como un ritual de sanación.
El británico sin embargo era ajeno a esos simbolismos, lo suyo era la música, sus textos surrealistas, su vestuario luminoso y centelleante, el maquillaje transformista de un hombre del espacio, más no de un astronauta, sino de un viajero de conciencia sicodélica.
Pero ese día, Bowie vestía un pantalón oscuro y una camisa blanca que contrastaba con su pequeño chaqué negro. Se veía sobrio, quizás un poco distante, diferente a la glamorosa, colorida y extravagante puesta en escena que lo llevó a la fama en los 70.
Salvo Belew era la primera guitarrista, lo acompañaba una banda de músicos desconocidos aunque todos muy sólidos. Adrian Belew tampoco era una estrella popular, había tocado desde los 80 en King Crimson y era el responsable de los nuevos sonidos de la camaleónica banda de Robert Fripp: el sonido potente extraído de su stratocaster en oposición a un Bowie que ponía un toque más pop (y a veces incluso más acústico).
David Bowie esa fresca noche de primavera tocó todos los éxitos esperados por el público, realizó un completo recorrido por su carrera que casi prescindió de los temas más recientes y menos conocidos.
Desde la apertura con un Space Oddity que pulverizó toda molestia del público por su retraso en aparecer en el escenario hasta un bis con "Changes", un tema de los Velvet Underground y un guiño al pop sesentero con el inmortal "Gloria" de Van Morrison que cerraron un concierto único en el que Bowie si bien no mostró su tradicional impronta escénica sí su música desnuda y las ideas propias de alguien que nos miró siempre desde el espacio.
Rodrigo Reyes Sangermani
¿Honorables?
El diputado o senador confesó o que está consciente de haber logrado el cargo por fraude; "moralmente" debiera abstenerse de participar en todas las actividades correspondientes a sus funciones y mucho menos, hacer uso de los beneficios que conlleva el cargo; al menos eso haría cualquier persona, que posea en su consciencia, el más mínimo conocimiento del significado de la palabra dignidad.
Llama profundamente la atención, la desfachatez, atrevimiento, falta de respeto, desvergüenza, frescura, cinismo, soltura y descaro a ultranza, que sienten estos parlamentarios, vulgarmente conocidos como "Caras de R…", para hablar, discutir, opinar y votar proyectos de ley, como si nada hubiese pasado.
Salvo escasas excepciones, también caen en el mismo saco, todos los senadores y diputados, que por cobardía moral miran al techo, frente a esta indigna conducta; siendo cómplices pasivos de estos delincuentes. Por lo anterior, sugiero al Gobierno enviar un proyecto de ley, para modificar la constitución, donde se elimine, el título de honorable a estos parlamentarios.
Jaime Manuel Ojeda Torrent