Uno de los mayores íconos turísticos de Temuco está albergando durante este verano una nueva versión de los Domingos Culturales. Se trata del Monumento Natural Cerro Ñielol, que durante los domingos de enero y febrero tendrá en la terraza del restorán que se instala en su cumbre la presentación de diversos artistas y grupos regionales, quienes además de ofrecer un entretenido panorama para quienes se quedan en la ciudad durante estas vacaciones, materializan la unión de dos conceptos clave: la preservación de la naturaleza que alberga este rincón verde de la ciudad y la cultura.
Los responsables de tan perfecta amalgama son los miembros de la Sociedad Amigos del Árbol, agrupación de larga trayectoria en la ciudad, que nació por allá por la década del 30 del siglo pasado, gracias a la gestión de visionarios temuquenses que se propusieron como desafío preservar las especies arbóreas presentes en el cerro Ñielol.
Hoy, a casi 90 años de aquel hito, la Sociedad Amigos de Árbol continúa, no sólo con su cruzada por la conservación del Ñielol, sino también realizando esfuerzos por concovar a más temuquenses para que se acerquen al monumento natural y puedan disfrutar de sus atractivos y a la vez asumir un compromiso por su preservación.
Por ello, los Domingos Culturales se convierten en un panorama digno de destacar dentro del amplio abanico de actividades veraniegas en Temuco. Los conciertos, que se realizan al mediodía y que comenzaron el fin de semana que acaba de pasar, se extenderán hasta el domingo 28 de febrero y contarán con la participación de destacados artistas de La Araucanía, que presentarán su arte en un escenario de inigualable belleza. Además, se trata de una actividad completamente gratuita, ya que el ingreso al pulmón verde de Temuco, que es administrado por Conaf, queda liberado de pago durante la realización de los conciertos.
Se trata de un excelente panorama para los domingos, que no sólo hay que destacar, sino también apoyar, ya que toda la ciudadanía debería asumir como propia la cruzada iniciada por la Sociedad de Amigos del Árbol, que busca la preservación de la biodiversidad presente en el cerro Ñielol para las próximas generaciones y, de paso, fomentar el turismo en la capital regional.