Tras su llegada el viernes, el Papa Francisco encabezó ayer sus primeras actividades oficiales en su visita a México. Una reunión con el Presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, otra con los obispos y una misa multitudinaria, fueron parte de sus actos oficiales.
En la mañana llegó al Palacio Nacional de la capital mexicana para la ceremonia de recepción en la que es su primera visita al país, donde fue recibido por el Presidente y su esposa Angélica Rivera. Con él sostuvo una reunión en privado, antes de dar su primer discurso de la visita que se extenderá hasta el miércoles.
Tras la cita, en la que también participaron gobernadores de los distintos estados de México, líderes políticos y legisladores, Peña Nieto destacó que coincide en los puntos de vista con el Pontífice y aseveró que "las causas del Papa son también las causas de México", agregando que su visita es el "reflejo de la buena relación entre México y la Santa Sede".
Por su parte, el Papa Francisco hizo un llamado a no escoger el camino del privilegio. "La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo", dijo tras la reunión.
Mensaje a los obispos
Posteriormente se desplazó hasta la Catedral Metropolitana de Ciudad de México para reunirse con los obispos. En esa instancia hizo un llamado a los representantes de la Iglesia a asumir un papel más activo frente a la amenaza que representa el narcotráfico y acercarse más a los mexicanos para ayudarlos a enfrentar problemas como la violencia.
"Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la iglesia", dijo.
El Pontífice subrayó que los pastores no pueden asumir sólo "condenas enérgicas" frente a la gravedad del fenómeno, que en la última década ha costado 100 mil víctimas y más de 26 mil desaparecidos.
Rusia advierte que se acerca una "nueva guerra fría"
El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, aseguró ayer que Occidente y Rusia están nuevamente en una guerra fría, días después de que la OTAN acordara reforzar su presencia a lo largo de su frontera con ese país.
"Hemos ido cuesta abajo hacia los tiempos de una nueva guerra fría", dijo en la Conferencia de Seguridad de Munich.
"Casi a diario se nos declara la mayor amenaza para la OTAN en su conjunto, o por separado para Europa o para Estados Unidos u otros países. Pero las verdaderas amenazas que existen en nuestro pequeño mundo, y espero que entiendan esto, consisten en algo bastante diferente", aseveró y agregó que las relaciones con Europa están "estropeadas".
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, le exigió a Rusia que suspenda los ataques aéreos a la oposición siria antes de que entre en vigor la semana próxima el cese de hostilidades en Siria.
"Hasta la fecha, la gran mayoría de los ataques han sido contra grupos opositores legítimos. Los objetivos de (los ataques de) Rusia tienen que cambiar para poder cumplir con el acuerdo pactado", dijo en Munich.
La misma petición hizo Francia, cuyo primer ministro, Manuel Valls, exigió que se tome en serio el alto el fuego que el Grupo Internacional de Apoyo a Siria acordó el jueves implementar en el plazo de una semana y exigió a Moscú que cese sus ataques contra la población siria.
"Para lograr la paz deben cesar los bombardeos a la población siria por parte de Rusia", dijo en la conferencia en presencia de Medvedev, quien negó los bombardeos a civiles.
5 días está previsto que dure la que es la primera visita del Papa Francisco a México.