Camilo Garrido
De los 80 beneficiarios del programa "Apoyo a Víctimas de Violencia Rural" que organizó la Asociación de Víctimas de Violencia Rural (Avvru) en La Araucanía, 10 fueron casos identificados como "complejos" a partir de su diagnóstico sicológico.
Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron los organizadores y profesionales a cargo de la iniciativa que fue financiada por la Subsecretaría de Prevención del Delito del Ministerio del Interior, y en la que trabajaron desde mayo de 2015 hasta ayer viernes, día en que se realizó el cierre del proyecto en el auditorio Juan Pablo Laposte en la sede Temuco de la Universidad Autónoma de Chile.
Paula Pinto, la sicóloga contratada para esta instancia, explicó el concepto de "complejo" que viven estas 10 personas y que espera que reciban un tratamiento urgente. "El daño es profundo, no se visualiza ningún tipo de solución, no cuentan con redes de apoyo que les pueda permitir una salida paliativa o alternativa de su malestar", dijo.
Pinto tiene experiencia con evaluación y reparación de víctimas de hechos violentos. En 2005 fue la encargada de trabajar con las familias de los soldados fallecidos y los sobrevivientes en la tragedia de Antuco, en la Región del Biobío. Además ha trabajado con víctimas del período de Dictadura en Chile.
Esta profesional detalla que las 31 víctimas de la violencia rural con las que trabajó tienen dos afecciones principales: "El diagnóstico principal es el trastorno por estrés post traumático y el segundo es episodio depresivo".
Una de las afectadas, Marilí Vallejos, habitante del sector Bajo Malleco en Collipulli, dijo sentirse agradecida de esta instancia porque la ayudó a superar miedos a raíz de la ocupación territorial en su predio que denunció.
"Hemos tenido la dicha de que nos escucharan de lo que estábamos pasando algunos parceleros, tanto en lo sicológico como en lo legal", dijo la mujer y agregó que "somos víctimas sin recursos, que necesitamos que el Estado nos de nuestros derechos, nos subvencione".
Jessica Bascur, habitante de Pidima, en Ercilla, que dice haber sufrido disparos, incendios, amenazas de muerte e incluso de secuestro, valora la ayuda no sólo que ella ha recibido, sino la dada a sus padres. "Es harto el cambio emocional. Hay mucha gente de tercera edad", dijo.
Tratamiento
Durante todo el proceso en el proyecto que duró 10 meses, la sicóloga Paula Pinto indicó que se desplegó una serie de acciones para ayudar a las víctimas dependiendo de la sintomatología que presentaban.
"La solución para que ellos dejen de estar mal anímicamente no es que se tengan que ir. En muchas familias sí es la única solución, pero en las que permanecen ahí el daño se puede hacer mucho más permanente y severo si es que el estresor que les generó el daño no cesa".
Pinto además aseguró que algunos de los beneficiarios del programa viven una situación llamada daño transgeneracional. "Ellos están viviendo en un estrés constante que lo único que hace es agravar el daño", explicó, como en el caso de familias donde los atentados son reiterados o su exposición hacia los grupos agresores.
Continuidad de proyecto
Tanto la sicóloga como el resto de los profesionales ofrecieron su disposición a seguir reuniéndose, ya que les preocupa que la iniciativa haya finalizado y que no consiguió una nueva adjudicación.
Felipe Romero, director del proyecto y también colaborador en el área legal para las víctimas beneficiarias del programa, comentó sobre los orígenes de esta idea que "empezamos a notar que una de las grandes falencias que hay en todo el sistema de salud pública y también de las víctimas es que nadie les presta un apoyo sicológico". Por ello considera necesario una continuidad del mismo.
Por su parte Alejo Apraiz, presidente de la Avvru, dijo que "quiero hacer un llamado a las autoridades a que comprendan el valor de este proyecto y la necesidad de contar nuevamente con esta iniciativa".
Imperialino muere atropellado por camión
Un hombre de 35 años perdió la vida al ser atropellado por un camión que recoge los residuos domiciliarios de la empresa Cresco, que le presta servicio a la Municipalidad de Nueva Imperial.
Cerca de las 15 horas de ayer, la máquina transitaba por pasaje Los Andes de la población Diego Portales, para recoger los residuos de los hogares. Testigos de los hechos indicaron que un vecino de Pasaje Uno de la misma población, identificado como Eduardo Monsalve Cifuentes, circulaba por el lugar empujando un triciclo para fletes, momento en que el camión comenzó a retroceder.
La víctima no se percató que el camión iba marcha hacia atrás, por la que la pesada máquina lo golpeó, cayendo pesadamente al piso. Mireya Castillo, una de las residentes del pasaje, quien se percató de lo que ocurrió, intentó reanimar al afectado a la espera de la llegada del Samu tras reiterados llamados. "Yo llegué al lugar en pocos minutos y aún tenía pequeños signos vitales, como pulsación, y empecé con la reanimación, mientras que llegaba la ambulancia", contó Mireya Castillo.
Voluntarios de Bomberos de la Segunda Compañía de Nueva Imperial, quienes fueron el primer servicio de urgencia en llegar, continuaron con las labores de reanimación. Sin embargo, Eduardo Monsalve falleció en el lugar. Personal del Samu en ambulancia constató posteriormente su muerte.
Efectivos de Carabineros de la Cuarta Comisaría de Nueva Imperial, al llegar al lugar, informaron de lo ocurrido a la fiscal de turno, quien instruyó aislar el lugar y tomar declaraciones a los testigos del atropello. La Fiscalía posteriormente ordenó el levantamiento del cuerpo para luego remitirlo al Servicio Médico Legal de Temuco.