Empresarios y políticos ejemplares
La gran mayoría de los políticos y empresarios chilenos son íntegros y honorables. Lamentablemente, en los medios de comunicación y en las redes sociales, sólo son noticia los políticos que han sido sobornados y traicionado la fe pública y los empresarios que han abusado de sus trabajadores o se han coludido para esquilmar a los consumidores.
El país además de haber contado siempre con un significativo número de políticos y empresarios íntegros, honorables e intachables; ha tenido la riqueza de poseer algunos que son emblemáticos y excepcionales, por sus transcendentales aportes al país; siendo dignos ejemplos de imitar por las futuras generaciones.
Como un ejemplo de lo anterior cito a un ciudadano que cumplió las dos condiciones, la de empresario y político excepcional. Me refiero a don Alfonso Márquez de la Plata. Notable fue su quijotesca lucha por defender en forma heroica el derecho a la propiedad privada, como presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, y sus aportes como ministro de Estado, considerado por ello como uno de los principales artífices del desarrollo político, social y económico que hoy vive el país .
Conmovedor fue observar en sus funerales las profundas muestras de dolor de sus trabajadores, quienes no se restaron en palabras de agradecimiento por todo lo que hizo por el bienestar de ellos y su familia.
Jaime Manuel Ojeda
Semana Santa
De los "dogmas" que me inculcaron mis padres y la Iglesia Católica desde niño, aún observo la creencia en la Santísima Trinidad: el Padre -Dios-; el Hijo -Jesucristo-, y el Espíritu Santo -la esencia o sustancia benigna de lo inmaterial-, y la fe y esperanza en la Resurrección, de una parte; y de otra, el respeto por la evocación anual de la muerte de "el Salvador", que conlleva ayuno y abstinencia de comer "carnes rojas" en el día de Viernes Santo, por su significancia: "la sangre derramada".
Si bien esta "prohibición" -antaño rigurosísima, difundida por los curas y que incluía el día jueves- derivaba a comer pescados y/o mariscos este día, "sin importar el subido precio de ellos ni del infaltable cítrico", también era y es válido hasta el día de hoy consumir verduras, masas y/o legumbres, como se hacía/hace en mi familia, y nadie se desnutría/desnutre ni moría/muere de hambre por ello, y no se "faltaba/falta" en nada.
Así las cosas, y si bien aclarando que no hay ninguna obligación de comer pescados ni mariscos en Semana Santa, no dejan de llamar la atención estos recientes dichos del obispo auxiliar de Santiago, Galo Fernández: "La letra y el espíritu a veces se contraponen. La letra había señalado privarse, y había puesto como ejemplo las carnes rojas, pero en rigor, a lo que invita -la Iglesia- es a renunciar a alimentos costosos y a compartir con los más necesitados".
¿Qué pasó con la otrora "dispensa" que había que solicitar para que un enfermo pudiera comer carne durante estos días? Nunca escuché ni he escuchado de cura alguno que diga "a falta de carnes rojas en Semana Santa, no hay nada mejor que una ricas humitas con ensalada a la chilena para los sanos, y sopa de verduras y masas para los enfermos. Pero después de, ahora sí que lo tenemos claro, y no nos dejemos arrastrar por el consumismo ni por la psicosis colectiva que se ha visto y se ve con motivo de esta evocación cristiana, como tampoco nos curemos de espanto y horror si un grupo de "provocadores ateos" realizan, con bombos y platillos, su feroz "parrillada", ¡De choros que son!, ni de aquéllos que hacen de este fin de semana sus vacaciones o prolongación de las estivales.
Eco: El cardenal Raúl Silva Henríquez no renunciaba en Semana Santa a comer congrio colorado, su pescado favorito. ¿Cuánto cuesta? ¿Es barato o "costoso"? ¡Se lo regalaban!
Jorge Saavedra Moena
Transporte público
Estos últimos meses hemos podido ver algunas intervenciones urbanas en nuestra ciudad que van en pos de la mejora del actual sistema de transporte público, como por ejemplo las vías exclusivas de calle Rodríguez y el mejoramiento de los paraderos y señalética. Estos cambios son un avance pero en ningún caso solucionan el problema de fondo.
Las micros que estamos utilizando no son aptas para transporte urbano. Su reducido tamaño y hacinamiento interior no solo desincentiva su uso, además son tremendamente discriminadoras, las personas con discapacidades físicas o la tercera edad simplemente no las pueden utilizar debido a que la configuración de estos buses no esta pensado para la ciudad.
Hago un llamado a las autoridades pertinentes a buscar información sobre buses urbanos de piso bajo. Implementar un buen sistema de transporte público urbano, moderno, más limpio, que además aporte estética a la ciudad, pero por sobre todo inclusivo con todos nuestros habitantes. Es lo que nos merecemos.
Stefano Ferrari Smith, coordinador profesionales, Juventud Renovación Nacional Araucanía