Diego Ahumada
Abelino Apeleo, de 65 años de edad, es el primer obispo mapuche de la Iglesia Anglicana, cargo que ostenta desde el año 1994. Por lo mismo, su dolor es doble. Lamenta como religioso y por su origen étnico lo que pasa en La Araucanía. "No se puede buscar soluciones vía violencia", afirma en entrevista con El Austral.
- ¿Qué le parece que existan personas que en los ataques a inmuebles religiosos encuentren una forma de protesta?
- Hay un tema conocido como la "deuda histórica". De eso se puede interpretar diferentes matices y ahí es donde se aprovecha el sector más radicalizado con acciones violentas (...) yo deseo acercarme, quiero conocer su situación. Si hay algo que hace bien al pueblo mapuche, yo soy uno de ellos y me gustaría eso. Creo que hay un tema bastante más de fondo para ayudar a la causa mapuche en el sentido de prosperar.
-¿Bajo esa deuda histórica se puede justificar un atentado a un templo?
-Por supuesto que bajo ningún punto, siempre teniendo presente que hay maneras de trabajar y conversar. Ha sido difícil el poder entenderse entre el Gobierno y el pueblo mapuche. Han habido distintos matices de acercamiento pero ha sido difícil que conozcan al pueblo mapuche en sí.
- ¿Qué visión tiene la Iglesia Anglicana sobre los últimos hechos ocurridos en la Araucanía?
- Los sectores extremistas del pueblo mapuche son una minoría, actúan de manera violenta porque obviamente no tienen valores cristianos y tienen influencias políticas radicales. La quema de iglesias podría interpretarse como que indígenas e Iglesia son enemigos, pero esto no es así, ya que si hay un pueblo cristiano es el mapuche: el 55% es católico y el 32% es evangélico protestante (...) buscamos ser agentes de reconciliación y promover el diálogo entre Gobierno y mapuches.
- ¿Cuál es el tema de fondo a su juicio?
- Hay una razón histórica, hay que conocer al pueblo mapuche, conocer su situación, su vida.
- Tiene que ver con la demanda territorial...
- No solamente eso. Hay muchos factores donde el pueblo mapuche ha estado en desventaja. Por razones de historia, nosotros hemos aprendido a hablar en español, la educación fue obligatoria (...) nunca tuvimos la oportunidad de aprender nuestro idioma.
- Está latente el paternalismo del Estado chileno.
- Aún cuando no se diga, indirectamente sí lo está. Nosotros estamos todavía sometidos a que tenemos que entendernos en este sistema occidental sabiendo que hay un pueblo mapuche que hay que conocer más de cerca.
- ¿Cómo se dialoga con grupos radicales que operan en la clandestinidad?
- El llamado está por parte del Gobierno, que haga un esfuerzo, estudie el caso (...) pienso que hay posibilidades de trabajar en una mesa desde diferentes ángulos para encontrar el camino correcto. Pero todos los gobiernos de turno han estado limitados porque todas las decisiones están en Santiago.
- En ese sentido ¿Perdió la Región y el Gobierno con la salida del intendente Francisco Huenchumilla, de origen mapuche?
- Me pareció que perdió la fortaleza, perdió el camino de tener más oportunidades. Eso es una muestra más que desde Santiago piensan que allá se arregla todo (...) pensar que él (Huenchumilla) es el único mapuche en la Región que tenía voz al Gobierno y con su salida eso se cierra. Entonces con justa razón aparecen estos actores violentistas.
- Como mapuche y religioso ¿Qué es lo que más lamenta?
- Es doloroso que haya atentados, que muera alguien por este conflicto. Es lamentable que cada cierto tiempo esté apareciendo una confrontación y se estén perdiendo vidas humanas. Debiéramos buscar caminos de paz trabajando con el Gobierno en pro de nuestra gente mapuche.
- Hay 11 mapuches en prisión preventiva como presuntos autores del atentado que le costó la vida al matrimonio Luchsinger-Mackay ¿Qué opinión tiene?
- Como Iglesia no estamos pidiendo algo en específico, sólo lamentamos la situación. Si son gente que están involucrados directamente, no tenemos la herramienta para asegurar eso. Yo lamento que esté pasando este tipo de situaciones en algunas comunidades aquí cercanas. Siempre vamos a estar en contra de cualquier hecho de violencia, como pastores, como Iglesia.
- ¿Cree que el pueblo mapuche ha sido estigmatizado con la violencia?
- Creo que por desconocimiento de la Región, normalmente la opinión que viene de afuera por supuesto que se van a equivocar porque no conocen la realidad de acá. La IX Región en sí vive de un buen trabajo y un buen desarrollo e incluso me atrevería a pensar que la mayoría de la gente mapuche está pensando en prosperar y no en la violencia.
"Si hay un pueblo cristiano es el mapuche: el 55% es católico y el 32% es evangélico protestante (...) buscamos ser agentes de reconciliación y diálogo". "Nosotros estamos todavía sometidos a que tenemos que entendernos en este sistema occidental sabiendo que hay un pueblo mapuche que hay que conocer". "Pensar que él (Francisco Huenchumilla) es el único mapuche en la Región que tenía voz al Gobierno y con su salida eso se cierra".
100 años de historia tiene la Iglesia Anglicana en La Araucanía. La misión comenzó en 1895.