Héctor Ochoa Mardones
Sus primeros pasos los dio en La Araucanía, en donde -a muy temprana edad- despertó su apetito por la lectura; desde Billiken (revista infantil argentina), pasando por Blest Gana, hasta Maiakovski, fueron parte de la biblioteca de Omar Lara, quien recibirá, el próximo 24 de junio, el Premio Nacional de Poesía Jorge Teillier, entregado por la Universidad de La Frontera.
El autor de "El viajero imperfecto", confirmó que sigue en pie la edición de "Nohual-hue, ida y vuelta", la que saldrá -tentativamente- este año. Asimismo, en México se publicó, hace unos meses, el libro inédito "Principio y nudo", cuyo lanzamiento se realizará en noviembre en la Feria de Guadalajara, hasta donde viajará. En Bogotá, en tanto, se presentará "Las palabras en su palabrar" (antología), además de los dos número de la revista Trilce que imprimirá.
- ¿Cómo fue su infancia en Nohualhue?
- En Nohualhue nací y no viví más de dos o tres años. No recuerdo nada, mi infancia propiamente tal, con memoria y trajines infantiles la viví en Nueva Imperial. Pero, Nohualhue se me instala cada vez con más fuerza y, siendo un espacio casi desconocido, atesoro un recuerdo -o un no-recuerdo- misterioso de ese lugar y hay señales sugerentes que provienen de allí. Hace un tiempo me visitó un especialista en altas matemáticas o matemáticas puras. Cuando le pregunté de dónde era me respondió: de Nohualhue, un lugar cerca de Imperial.
- ¿De qué manera llegó a la poesía?
- En Imperial. En el liceo de Imperial había un pequeño grupo lector, liderado por mi amigo Mario Sáez. De ahí pasamos casi sin saberlo a la escritura y estando en tercer año del liceo escribí mis primeros poemas. Gané un concurso y como premio me dieron un cenicero. Pero, con la figura del Quijote. Estando en el liceo escribí mi primer librito, "Argumento del día", que se publicó a fines de 1963 (aunque salió con fecha 1964) en Temuco.
- ¿Fueron determinantes para su obra poética aquellas historias de campo relacionadas con el folclor nacional que escuchó en sus primeros años de vida?
- Absolutamente decisivas. No sólo para mi obra poética, para mi vida toda, desde un espacio mágico y fantasioso, repleto de dulces provocaciones. Eran reuniones familiares numerosas y entusiastas en que mi abuelo y un hermano suyo contaban historias campesinas, la mayoría relacionadas con temas de brujería y demonios y mi abuela-madre y una hermana tocaban los guitarrones y cantaban. El recuerdo es incierto, pero contundente en cuanto a la profunda raigambre popular y belleza de todas esas manifestaciones.
- ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas?
- Éramos omnívoros, no se nos escapaba ningún papel escrito. Novelas de vaqueros, las extraordinarias revistas de la época: El Peneca, el Okey, el Simbad, El Cabrito, Billiken. De ahí llegué a la literatura chilena, Blest Gana, Neruda y luego un atisbo de Vallejo y poetas como Eluard, Maiakovski, los poetas de Temuco del grupo Puelche. Una vez nos visitó en el liceo Juvencio Valle y fue una experiencia mayor, su poesía y su actitud ante la vida, el paisaje, la historia de ese paisaje.
- ¿Qué lugar ocupa La Araucanía en su obra poética?
- Está en el ADN de quienes nacimos y vivimos en la Región. Imposible siquiera cuantificar su significación, es como la respiración o la mirada. Vivimos con eso, siempre.
- ¿De qué manera marcó su trabajo su paso por distintas ciudades y países?
- Toda experiencia es relevante. Ciudades, gentes, experiencias de vida, lecturas. De los lugares que visité o viví siendo mayor hay algunos decisivos, además de la cuna de la que estábamos hablando. En mi caso Valdivia, Lima, Bucarest.
- Fue amigo de Jorge Teillier y estudió en la Universidad de La Frontera, en ese sentido, ¿qué significa este reconocimiento?
- Es una manera de volver a mis raíces, en muchos sentidos. Está lo mayor que es La Araucanía, La Frontera. Está la Universidad, donde estudié mis dos primeros años de Castellano (así se llamaba la carrera y la Universidad se llamaba Colegio Universitario, los primeros pasos de la Universidad de Chile para instalarse en provincia). De modo que siempre me he considerado un exalumno de esta casa de estudios y un habitante de sus calles, plazas, ríos, amistades.
- ¿Qué le parece que este certamen rescate la figura para premiar a los más destacados poetas del país?
- Jorge Teillier es ya un autor fundamental en nuestra poesía. Tenemos una deuda de rigor y de convicción hacia él. Él creía profundamente en la poesía como un medio de ser y hacer. El mejor homenaje es leerlo y estudiarlo. Que una entidad mayor como la Universidad lo entienda así, significa que vamos por buen camino. Hay muchos y muy buenos poetas en La Frontera, le debemos mucho a Jorge.
- ¿Es su poesía una "poesía de puertas abiertas"?
- Jorge Teillier escribió un poema -que me dedicó- que se llama precisamente "La casa del poeta no tiene llave". Y unos versos míos: "La poesía, para qué puede servir, sino para encontrarse", se citan continuamente para indicar eso que insinúas, la poesía como una experiencia solidaria y fraterna, como un modo de estar y ser en el mundo.
"Nohualhue se me instala cada vez con más fuerza y, siendo un espacio casi desconocido, atesoro un recuerdo -o un no-recuerdo- misterioso de ese lugar". "Jorge Teillier es ya un autor fundamental en nuestra poesía. Tenemos una deuda de rigor y de convicción hacia él. El mejor homenaje es leerlo y estudiarlo".
74 años tiene Omar Lara, el último ganador del Premio Nacional de Poesía Jorge Teillier.
2 números de la revista Trilce serán publicadas este año, según adelantó Omar Lara.