Carolina Torres Moraga
Un 47% superior es el riesgo de morir por complicaciones cardiorrespiratorias producto de la contaminación en Temuco que en Santiago, principalmente en personas mayores de 65 años.
Lo anterior, según revela un estudio denominado "Efectos en salud de corto plazo por exposición a material particulado: una comparación entre una zona urbana contaminada por humo de leña y una zona urbana contaminada por multifuentes", de investigadores de las universidades de Santiago de Chile (UsaCh) y Católica de Temuco (UCT) realizada el año 2015 donde se comparó a Temuco con la comuna de Pudahuel en Santiago.
A la vez, la investigación arrojó que los ingresos hospitalarios por EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) son un 104% superior en la capital de La Araucanía que en Santiago.
A juicio del doctor en Ingeniería Ambiental y académico de la UsaCh, Luis Díaz Robles, quien es uno de los participantes en el estudio, estos antecedentes establecen que la contaminación de Temuco es mucho más dañina para la salud que la que afecta a los santiaguinos.
"Concluimos que el riesgo de morir por inhalación de humo de leña es mucho más peligroso en problemas cardiovasculares principalmente en adultos mayores", aseveró.
Al mismo tiempo, el investigador expresó que "un dato interesante es que la población de adultos mayores ha ido creciendo y como la esperanza de vida es mucho más alta, las probabilidades de mayores eventos de morbilidad también han aumentado".
Infartos
A la vez el aumento de las muertes por causas cardiovasculares en jornadas críticas de toxicidad ambiental se encuentra avalado por diversos estudios. En tal sentido, se estima que el número de infartos puede aumentar al doble en los meses de invierno producto del frío y la contaminación a diferencia de lo que ocurre en el verano.
Estudios de la Ufro, liderados por cardiólogo y académico de la Facultad de Medicina, doctor Fernando Lanas, concluyeron hace unos años que la contaminación precipita episodios agudos de infarto que pueden superar el 20 o 30 por ciento, si se compara con los meses sin contaminación. Esto se debe a que las partículas presentes en el aire, acentúan los mecanismos inflamatorios a nivel de la pared de las arterias.
"A eso se agrega que los mismos contaminantes aumentan el espesor de la sangre lo que facilita la aparición de coágulos, lo que en definitiva provoca que se produzcan los infartos", explicaron en su momento los académicos.
Este análisis es congruente con las conclusiones de la publicación sobre la materia de la Universidad Católica de Temuco denominado "Análisis del efecto a corto plazo de la contaminación atmosférica por material particulado respirable sobre la mortalidad y morbilidad por enfermedades respiratorias y cardiovasculares en Temuco" que data del año 2009.
El estudio indica que el riesgo va aumentando en la medida que aumentan otros dos factores: tiempo de exposición y nivel de las concentraciones. Según Díaz Robles, el riesgo también se eleva producto de la existencia de una enfermedad previa en la persona y por supuesto, la edad, ya que los mayores de 65 años son los que presentan mayor riesgo.
"El material particulado más fino entra a lo más profundo de las vías respiratorias y de ahí traspasa al torrente sanguíneo provocando diferentes reacciones que generan infartos al cerebro, infartos al miocardio, aumento de la presión arterial, entre otras enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular que pueden llegar a ser mortales", dijo el académico.