Camilo Garrido
La calma en la localidad de Labranza se vio interrumpida durante la madrugada de ayer tras el estallido de un cajero automático de Banco Santander instalado al interior del Supermercado El Trébol, ubicado en la esquina de calles 1 Norte con 4 Poniente.
Carabineros consignó que las cámaras de vigilancia con que contaba el local permitieron registrar alrededor de las 4:20 horas del domingo la llegada de entre seis y siete individuos en dos vehículos, todos encapuchados, e ingresar a un costado del recinto, forzando la reja metálica que accedía directamente al aparato.
"Había un guardia de seguridad y también un sistema de cámara, los que fueron verificados por el OS10. (El guardia) se mantenía al interior del supermercado y se limitó a dar una alarma telefónica a Carabineros", indicó el comandante Patricio Sánchez, subprefecto de Servicios de Carabineros de Cautín.
Los delincuentes hicieron estallar el cajero automático utilizando un cilindro de gas y una manguera, conocido como el método de saturación de gas. Tras la explosión, los ladrones se llevaron el gabinete y escaparon en diferentes direcciones, dejando más de una treintena de miguelitos repartidos en al menos cuatro puntos diferentes alrededor del recinto.
El comandante Sánchez indicó que el cajero contenía "$ 60 millones aproximadamente, aunque no hay todavía una cantidad exacta".
El impacto explosivo destruyó además los ventanales y vitrinas de cuatro locales al interior del supermercado, correspondiente a tres minimarket y un salón de casino popular. Iván Garrido, encargado de ese puesto de juegos, dio cuenta de que no es primera vez que dañan el local intentando robar el cajero. "Una vez anterior igual se llevaron el cajero, lo arrastraron, y pasaron a llevar estas cañerías de agua y quedó todo inundado", dijo.
Inseguridad
En el silencio de la noche de Labranza, la acción de la banda despertó a más de un vecino en el lugar. "Quién no se habría despertado estando cerca", exclamó Danton Díaz, habitante de la zona.
"Habían pasado unas tres veces a robar, pero no con una explosión tan fuerte (...) Mi vecino vendió (su casa) por lo mismo", dijo el residente.
Sandra Martínez se sorprendió al conocer lo ocurrido recién cuando fue a comprar al supermercado. "Esto es muy malo porque ya llega dar miedo venir a comprar. Labranza es tranquilo, entonces es raro igual", comentó.
Incluso, hubo vecinos que no quisieron dar a conocer su nombre ni rostro por miedo a represalias. "Yo quiero vivir tranquilo (...) Como este pueblito también es chiquitito, la gente de aquí alrededor lo miran a uno como si supiera lo que pasó", dijeron.
La Fiscalía instruyó a los grupos OS9 y OS10 y al Laboratorio de Criminalística (Labocar) de Carabineros, para dar con el paradero de los delincuentes.