Camilo Garrido
Un alto consumo de alcohol se registró en el último mes en La Araucanía. Según los datos del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), esta Región alcanza el 56% de prevalencia en el último mes de consumo de este tipo de bebidas, mientras que el promedio nacional es de un 48,9%.
Esta es la segunda vez consecutiva que La Araucanía lidera la cifra de consumo de alcohol mensual en estudios del Senda. Este año se impone por encima de las regiones de Aysén (55,2%), la Metropolitana (53,3%) y Tarapacá (52,3%).
Las estadísticas alertaron a la directora regional del Senda en La Araucanía, Stefany Acuña. "El alto consumo está provocando desde riñas hasta aumento de violencia intrafamiliar. Afecta a la productividad laboral intensificando el ausentismo laboral llegando, en muchos casos, a ser causal de despido. Provoca accidentes de tránsito asociados al consumo, en donde salen lastimados desde el conductor al peatón. Provoca gastos importantes en materia de salud pública", consignó la autoridad.
Consumo precoz
Acuña también expresó su preocupación por el alto riesgo que afecta el consumo excesivo de alcohol en el grupo más joven de los bebedores.
"Lo que más nos urge es luchar contra el concepto social instalado respecto al consumo temprano. Muchos padres instan a sus hijos a beber a temprana edad, o validan los episodios de consumo excesivo los fines de semana - llamado binge drinking", explicó.
El término binge drinking habla de una costumbre que se hace frecuente en la población consumidora: el bebedor no consume alcohol todos los días, en cambio lo hace de una a dos veces a la semana, pero lo hace en exceso.
Este exceso, denuncia Stefany Acuña, tiene graves consecuencias en la salud y vida social de las personas, "pudiendo llegar incluso a niveles altos de intoxicación y eso es preocupante".
En cuanto a estadísticas etarias, La Araucanía también destaca en el lado negativo. "Los adolescentes entre octavo año básico y cuarto año medio están iniciándose en el alcohol alrededor de los 12 o 13 años", detalló la directora regional de Senda y agregó que esta situación se registra en 1 de cada 3 adolescentes.
Los altos niveles de consumo temprano son graves para el organismo, indicó Stefany Acuña, ya que la sustancia afecta la corteza prefrontal del cerebro, la que en un estado ideal desarrolla, entre otras cosas, los procesos de memoria, de aprendizaje y de rendimiento escolar. "Está ligada a tener un juicio crítico, generar empatía y la toma de decisiones, y cuando vemos que el consumo se realiza de forma tan temprana en la adolescencia observamos que están mucho más vulnerables a lo que diga su grupo de pares, más susceptibles a las decisiones de quienes le rodean", explicó.
En el mismo tenor, la directora regional de Senda hizo un llamado a los padres y adultos responsables para que retomen su papel y estén atentos a las conductas de riesgo de sus hijos, especialmente los adolescentes.