Carolina Collins
El tener o no pareja estable podría tener relación con cuánto alcohol consumimos. Así lo estableció una investigación realizada por expertos de la Universidad de Virginia, que asegura que las personas casadas o que conviven tienden a beber menos tragos y con una menor frecuencia.
Por otro lado, la investigación también concluyó que quienes están solteros son más proclives a consumir una mayor cantidad de alcohol y más seguido.
Resultados
Las conclusiones de la investigación podrían ser resumidas así: "Las relaciones íntimas causan una disminución en el consumo de alcohol", según explicó la principal autora del estudio, Diana Dinescu, candidata a Ph.D. en psicología clínica de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.
Para llegar a esa conclusión, la experta -que realizó este estudio en colaboración con académicos de la Universidad del Sur de California y de la Universidad Estatal de Washington- comparó los patrones de consumo de bebidas alcohólicas en gemelos que estaban comprometidos en relaciones amorosas y solteros.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista especializada Journal of Family Psychology. En ella, Dinescu y los otros académicos analizaron el comportamiento de un total de 2.425 pares de gemelos del mismo sexo, para descartar si hay un componente genético o familiar asociado al consumo de alcohol.
Anteriormente otros estudios ya habían establecido un vínculo entre la situación sentimental de las personas y la cantidad de alcohol que tienden a beber.
Los autores del estudio reconocieron que hay variables que podrían sesgar los resultados. "Es imposible saber a partir de la investigación correlacional si el estado civil tiene un efecto protector, o si las personas que beben menos, naturalmente, simplemente son más propensas a casarse", explicó Dinescu.
Pese a esto, la experta destacó que "mediante el uso de los gemelos, nuestro estudio nos permite eliminar clases enteras de explicaciones alternativas, tales como la predisposición genética y las influencias de crianza, y nos lleva un paso más cerca de comprender el verdadero impacto de las relaciones en la conducta de beber".
Base de datos
Los investigadores sacaron la información del estudio del registro estatal de gemelos de Washington, una base de datos formada por gemelos que participan de una investigación sobre salud y comportamiento, por lo que el estudio no contempla variable sociales de otros países.
La muestra incluyó a 1.618 pares de gemelas mujeres y 807 masculinos, que declararon si estaban casadas, divorciadas, viudas, separadas, nunca se han casado o viven en pareja.
Así, compararon a los casados con los solteros, los que convivían y los divorciados, en orden a la cantidad de tragos que consumían y la frecuencia. Los científicos observaron que los casados bebían menos cantidad que los solteros y los divorciados y también menos seguido. Lo mismo ocurría con los convivientes, que tomaban menos.
Sin embargo, los investigadores observaron que los que convivían bebían más que los casados, pero aún así menos que los divorciados y los solteros.
Los hombres que conviven bebían menos que los casados, mientras que las mujeres convivientes tomaban casi lo mismo que las casadas.
Lo que pasa con los quiebres
Pese a que los investigadores observaron que las personas solteras o divorciadas tienden a beber más alcohol que las casadas, concluyeron que una vez que las relaciones terminan, la gente aumenta la cantidad de alcohol en una sola ocasión, y no suben la frecuencia. "Nuestros datos revelaron un patrón interesante en el que, una vez que estás en una relación comprometida, su frecuencia de consumo se reduce de forma permanente, mientras que la cantidad vuelve a subir si sale de esa relación", dijo Dinescu.