Consultas médicas
La falta de médicos en la atención pública obliga a muchos usuarios recurrir a consultas particulares, lo que en muchos casos significa un desembolso de dinero no presupuestado pero que la urgencia así lo requiere.
El médico es un profesional que estudió y se sacrificó con el fin de servir a la comunidad y a la vez tener un buen pasar económico y está en su derecho, cobrar por sus servicio lo que estime conveniente para sus intereses. Sin embargo, me gustaría que en algunos casos, el médico se pusiera en el lugar del paciente cuando se trata de cancelar una segunda consulta relacionada con la primera.
El valor de una consulta particular, en muchos casos es bastante elevado y pagar nuevamente para que el profesional dé una respuesta de un par de minutos lo considero falto de conciencia. Insisto, el médico es un profesional, pero no se hará más rico ni será más pobre si aplica criterio. Jorge Valenzuela Araya
Escenario judicial
Extraño lo que está ocurriendo en el plano judicial en nuestra ciudad: una jueza de la República se inhabilita por sentirse hostigada por parte de abogados defensores; una abogada defensora se manifiesta públicamente contra la persona de un fiscal, un ex fiscal se querella contra el Ministerio Público por despido injustificado acusando de racista a quien antes fue su colega y superior. Autoridades de la judicatura piden informes ante la autoinhabilitación de la magistrada, agrupaciones profesionales de un lado y otro se reúnen, analizan los hechos, emiten declaraciones y marcan sus puntos de vista ante estos hechos de suyo graves. Pero en definitiva, pérdida de tiempo respecto de los quehaceres propios de cada cual.
Si la señora magistrado se siente agobiada y hostilmente tratada y no es capaz de asumir el rol que la ley le define, pues que renuncie, pero a su cargo, no a un caso en particular. La sociedad espera que un juez de la República cumpla con su deber a todo evento.
Si la señorita abogada defensora, producto de sus convicciones y estudios estima que hacer videos propagandísticos, convocar y participar de actos en los que se llama a rechazar la acción de la Fiscalía, pues que abandone la Defensoría y se dedique al libre ejercicio de su profesión, pero que no utilice su cargo ni su repartición para fines particulares, por muy loables que puedan ser. Que no olvide que aunque sea un día domingo sigue siendo defensora pública.
Y si un particular desea entablar una querella, pues que lo haga, pero que no mediatice con bombos y platillos su caso aprovechándose de las circunstancias para intentar algún rédito positivo, lo que con el pasar de los días se aprecia difícil pues la neglicencia y descuido, son por lo conocido, y no su apellido las causas de su desvinculación.
Esto de echarle pelos a la sopa se está convirtiendo en una estrategia que indigna. Reclamo un actuar más serio y maduro, donde los intervinientes se comporten a la altura de sus cargos y desempeñen sus labores como la ley lo ordena, sin olvidar que en una causa se tramita un caso judicial que no necesariamente tiene que ver con posturas personales, ni mucho menos dejándose afectar en sus sensibilidades.
Hernán Gutiérrez Lagos
Inclusión social
En un contexto país en el cuál últimamente la discusión sobre la igualdad de derechos y deberes ha estado en el centro de la discusión política y social, como Hogar de Cristo nos cuestionamos: ¿todos tenemos los mismos derechos y oportunidades?, porque lamentablemente para nosotros y para las más de 92 mil personas que además de tener algún grado de discapacidad mental viven en situación de pobreza, esta respuesta parece no ser tan obvia.
Y es que quienes tienen algún grado de discapacidad mental en nuestro país, constantemente ven obstaculizado su acceso a los servicios y dispositivos de apoyo necesarios para permitir su inclusión social, situación que se complejiza aún más en aquellos casos donde la pobreza se transforma en un factor adicional de vulnerabilidad, dejándolos inmersos en un círculo de doble exclusión que empobrece a su persona y además de su grupo familiar.
De la misma forma, la sociedad, sus prejuicios y la discriminación que podemos ver en frases como pareces retrasado", "no seas tontito" o "tiene cara de loco", contribuyen a su trato desigual y a que sean víctimas de exclusión, llegando inclusive al punto en que a nadie pareciese importarle, hecho que se ejemplifica claramente al ver que 1 de cada 10 jóvenes con discapacidad mental ha cursado la enseñanza media, o que sólo un 24% de los mayores de 18 años esta "ocupado" siendo la mayoría de las veces un trabajo bastante precario.
Es por ello que como Rostros Nuevos, Fundación Hogar de Cristo, creemos que es hora de que reconozcamos el valor que existe en las diferencias de las personas con discapacidad mental y sobre todo cuando viven en pobreza; misma razón que nos incentiva a invitarlos a dejar la discriminación a un lado e involucrarse con el desarrollo integral de este grupo de nuestra población, y así juntos contribuir a la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.
Sergio Quezada, director ejecutivo Sede Araucanía Fundación Hogar de Cristo