Héctor Ochoa Mardones
Tito Fernández (75) anunció su retiro de los grandes escenarios, por lo mismo a fines de agosto ofreció un concierto en el Teatro Caupolicán, en donde clásicos del repertorio chileno como "La casa nueva", "La madre del cordero" y "Me gusta el vino" fueron coreados por más de 5 mil fanáticos, quienes ratificaron que la figura de "El Temucano" sigue vigente a 56 años de su debut profesional.
"Durante un tiempo me declaré 'Jorgegonzalista', ni siquiera tanto para escuchar su música, pero por una razón social lo sostengo. Después ya conozco poco, tal vez me gusta Gepe, me gustan más los hombres que las mujeres -les pido perdón por seguir siendo así, no puedo ser de otra manera-. Nano Stern es muy bueno, todos esos gallos son muy buenos", señaló el cantor popular que triunfó en el Festival de Viña y en el Huaso de Olmué.
-¿Por qué tomó la decisión?
-Lo que pasa es que hacer un concierto es muy largo y dada la forma en que yo trabajo , ya me cuesta mucho, tengo 75 años y me cuesta -bueno en mi carné dice 73, pero tengo 75- y me canso. Puedo ir a un show y cantar una hora sin problema. Pero, tengo 75 años y me canso demasiado, tres horas de pie no las aguanto.
-¿Y cómo lo hizo en el concierto del Caupolicán?
-En el del Caupolicán canté poco, porque tuve dos invitados, pero canté dos horas y cuarto; y necesito muchas cosas, sentarme para cantar como el Pato Manns, por ejemplo, como Quelentaro. Yo fui el único de ese trío que cantó de pie toda mi actuación, porque no me siento cómodo cantando sentado.
-Y el público...
-Fue inolvidable, porque nunca imaginé que iban a entrar 5 mil personas a verme cantar.
-¿Una base de fanáticos grande?
-No lo sé, yo no sé nada, la gente es la que sabe, porque no me puedo dar cuenta; porque, soy el personaje, entonces es difícil.
-¿Es muy diferente Tito Fernández de Humberto Baeza?
-Claro, el Tito Fernández tiene como 35 años máximo, es bueno para los asados, le gusta el vino y todo eso. Yo soy diabético, tengo hígado graso, las típicas enfermedades de los viejos que hemos sido desordenados cuando jóvenes; no puedo tomar alcohol, no puedo comer carne, una empanada será muy rica, pero no me la puedo comer. A Tito lo uso arriba en el escenario, abajo no.
-¿Se arrepiente de algo?
-No, para nada. Puede ocuparme de ser artista, pero no lo hice; me ocupé de escribir una obra. Ese fue mi trabajo y fue hasta hace 20 años que ya no escribo nada.
-¿Por qué?
-Es muy simple, tú no te has dado cuenta, pero yo a los 75 años me di cuenta. Estamos viviendo lo mismo que ya vivimos, está todo escrito; no hay ninguna novedad, excepto la tecnología, pero ese sería otro estilo en el que la gente no me reconocería.
-Fiel a su esencia de cantor...
-A un cantor se le puede acusar de cualquier cosa, menos de cantar a lo que no es. Yo no podría subir a un escenario a cantar "no hay nada más difícil que vivir sin ti", porque eso no es verdad.
-¿Cómo le gustaría que lo recuerden las nuevas generaciones?
-Es pregunta es bastante frecuente y conmigo tiene una respuesta un poco extraña, no le gusta a la gente, pero yo le digo lo que pienso: el futuro, en primer lugar, no existe, se puede acabar en este mismo instante, no hay futuro, el futuro lo construyes cada día con las piedras que vas poniendo en el camino para adelante y esa ley es universal, se llama causa y efecto.
-¿Qué consejo le daría a la nueva generación de cantores?
-Ahí está el problema, cuando uno es viejo se da cuenta que no tiene que darle consejos a nadie, vive lo que resta de tu vida no más, intentando irte con los problemas resueltos.
"Tito Fernández tiene como 35 años máximo, es bueno para los asados, le gusta el vino y todo eso. Yo soy diabético, tengo hígado graso, las típicas enfermedades"."
discos ha grabado Tito Fernández desde su debut profesional el 15 de marzo de 1960. 96