Lorenzo Lovera Seguel
José Luis Garrido Carrasco (28) fue la última persona en llegar a la terraza del pub Costa 21 de Temuco la noche del sábado 1 de octubre. Allí, se juntó con otros cinco amigos y compañeros de trabajo, con la idea de pasar un buen momento y planificar lo que sería un viaje a Pucón para hacer rafting.
Cuatro horas más tarde, la reunión terminó en tragedia luego de desatarse una batalla campal producto de un simple e inocente roce de brazos.
En el grupo que acompaña a Garrido Carrasco estaban Carlos Cifuentes y Pablo Lama, quienes en exclusiva relataron a El Austral lo ocurrido en la gresca que terminó con la vida de Luis Garrido, amigo de los testigos y jefe de ambos en la empresa donde trabajan.
Sobre esos minutos, Pablo Lama, a quien también le propinaron una brutal golpiza, recordó que a eso de las 04.30 "José Luis nos dice que vamos por un completo a un local cercano, salimos de Costa 21, conversando, y cuando llegamos a mitad de cuadra - a unos metros de San Martín - nos encontramos de frente con estas personas (seis) y hubo un roce de brazos, se detienen y nos empiezan a increpar".
Segundos más tarde, José Luis se enfrentó verbalmente a dos de los amigos que acompañaban a Gabriel Kehr - sin golpes - y de la nada "(Kehr) se hace espacio entre sus dos amigos y le propina un violento golpe a Garrido. No hay cómo negar eso", afirmó Lama.
Carlos Cifuentes aseveró que también es testigo de lo ocurrido. Aseguró que Kehr "tomó vuelo para pegarle a José Luis. Yo lo vi en vivo y en directo, estaba a tres metros de José Luis cuando cayó, por eso lo identifiqué y le dije eso a la PDI".
Hospital
Al ver a su amigo tirado inconsciente en la acera de calle Aldunate, sus amigos llamaron a una ambulancia que nunca llegó. Eso hizo que en una maniobra desesperada hicieran parar el automóvil de una mujer quien, sin pensarlo dos veces, accedió en trasladar a José Luis Garrido hasta el Hospital Regional.
Allí, de acuerdo a Pablo Lama, la recepción por parte del personal y de un funcionario de Carabineros que estaba en la guardia no fue de las mejores.
"A José Luis no lo revisaron, llegó un funcionario de Carabineros y le preguntó sobre cómo hacer la denuncia y me quedó mirando, se cruzó de brazos y se fue. No hizo nada, siendo que me debería haber ayudado", contó.
Lamentablemente para Garrido y su amigo adentro del box la situación no cambió. "Nos hicieron ingresar a los box de espera, estuvimos esperando 20 minutos hasta que llegó una enfermera, le pedí por favor que atendieran a José Luis y no hizo nada y se sentó en su escritorio", recordó.
Tras una hora, donde lo único que recibieron del recinto fue una bolsa plástica para que el lesionado pudiera vomitar y no ahogarse con su propia sangre, Lama y otros amigos trasladaron José Luis hasta la Clínica Mayor para ser atendido.
En ese trayecto, José Luis aún estaba vivo según afirmó el propio Lama. "Él reaccionaba, yo le hablaba y José Luis me apretaba la mano porque no podía hablar y yo sentía que no se quería ir. En la clínica lo atendieron de inmediato, le pusieron suero y en ese momento se levantó, lo abracé, y luego llegó el doctor para un escáner, después el médico le dijo a Lorena (su polola) que no se podía hacer nada y que teníamos que pensar que José Luis iba a quedar en estado vegetal".
Petición
A 48 horas del funeral de José Luis y de la formalización en contra de Gabriel Kehr Sabra, destacado atleta lanzador del martillo, tanto Carlos Cifuentes como Pablo Lama esperan que el caso culmine con una condena para quien identifican como el victimario de su amigo.
"Yo no soy quien para ofenderlo (a Kehr) pero la rabia e impotencia está porque mató a mi amigo y jefe. Quizás la justicia se va encargar de esto y queremos que la verdad se sepa", dijo Lama.
Incluso, los amigos refirieron que cercanos a Kehr se intentaron comunicar con ellos para que cambiaran la versión de los hechos, petición que obviamente no fue aceptada por Cifuentes, Lama y compañía.
"Uno de los amigos de él (por Gabriel Kehr) habló con una persona que nos ubicaba a nosotros y le pidieron que poco más habláramos con ellos para cambiar la versión de por qué se inició la pelea. Mi amigo le dijo no, esto se habla con la PDI porque es un tema grave, y ni nosotros ni José Luis somos delincuentes", expresó.
Consultado Cifuentes por la acción de Kehr de entregarse a la PDI y contar su participación en los tristes hechos, éste dijo que aquello fue motivado por el "miedo por saber que él la embarró y al verse acorralado se entregó. Había gente que ya lo había identificado", contó.