El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, determinó la prohibición del rodeo en su comuna. Otro tanto ocurrió en Ñuñoa.

Jadue sostuvo que el rodeo es una tradición, pero una tradición de algunos pocos (vale la pena señalar que la palabra tradición, etimológicamente hablando, significa lo que se transmite a través de las generaciones. En sentido lato, lo que vincula a las generaciones). En esa perspectiva, las tradiciones deben ser respetadas, lo que no implica que sean inmodificables. Allí parece estar el quid del tema.

El rodeo parte en Chile durante el siglo XVI, bajo el mandato del gobernador García Hurtado de Mendoza. En esos tiempos nadie prestaba atención al maltrato animal. Pero el tiempo va haciendo lo suyo. En nuestros días, se ha desarrollado una sensibilidad social que busca cautelar la integridad de los animales no humanos. Y es bueno que haya ocurrido así.

El rodeo debe ser mantenido -no se puede perder de vista que desde 1962 es el deporte nacional de Chile-, pero debe ser modificado. Se debe evitar a todo trance el sufrimiento de los novillos y de los caballos corraleros.

¿Quiénes podrán modificarlo? Es improbable, para no decir imposible, que lo haga la Federación del Rodeo Chileno. ¿Por qué? Porque sus integrantes o, si se prefiere, la gente vinculada a las labores del agro, no ha hecho casi nunca ostentación de la capacidad de cuestionarse a sí misma. Para muestra, un botón: los agricultores de Malleco, otrora el granero de Chile, agotaron sus tierras con el cultivo sistemático de trigo. El resultado ha sido que se perdiera allí la capacidad de los suelos y, por ende, a través del Decreto 701, promulgado durante la dictadura militar, se diera paso a la instalación de las empresas forestales.

El rodeo debe ser modificado por las personas inteligentes, cualquiera sea el ámbito en que estén. De lo que se trata es de la nueva sensibilidad sepa argumentar. Así como son horripilantes las peleas de gallos y de perros -que aún subsisten en algunas partes de nuestro país-, lo es el que los novillos resulten dañados en las corridas. Y el que los caballos resulten con sus ijares sangrando por la crueldad de las espuelas de los huasos.

El alcalde Daniel Jadue tiene razón. El rodeo es una tradición de algunos pocos. Pero esos pocos deberían allanarse a revisar su estilo de vida.

Es de esperar que no sea del todo imposible.

Aníbal Barrera Ortega Periodista

Quedó despejada de nieve la ruta hasta Lonquimay

En una faena extraordinaria y digna de ser destacada, Vialidad logró dar cima a la tarea de despejar del nieve el Camino Internacional, permitiendo la conexión terrestre de Lonquimay con el resto del territorio chileno, interrumpido cada año por casi seis meses debido a la intensidad de las nevadas invernales.

PDI encuentra a tres personas desaparecidas

Tres casos de presunta desgracia fueron aclarados por detectives de la Brigada de Homicidios y de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la Policía de Investigaciones de Temuco y Pitrufquén. Se trata de la ubicación de tres personas de 19,41 y 44 años, respecto a quienes existían denuncias por presunta desgracia.

Hoy protestarán en Pucón por restricción al volcán

La respuesta del intendente a las peticiones de los puconinos de flexibilizar las medidas de seguridad, no fue precisamente la que esperaban: se mantiene la restricción de 3 kilómetros en torno a la cima del volcán. Ello impulsó a los empresarios del turismo y guías de montaña de Pucón a organizar para hoy una manifestación.

El cierre temporal de un local nocturno de calle Aldunate es una muestra palpable de la falta de requisitos a la hora de autorizar la apertura de establecimientos que funcionan en horas que el normal de los habitantes dedica al descanso.

El anterior es sólo una situación más en que los ciudadanos que viven en los alrededores, o son vecinos propiamente tal, reclaman por medidas que les protejan en su descanso. En el caso específico que se comenta estas peticiones se habían venido haciendo por muchos años, sin que hasta ahora se hubiera tomado alguna medida concreta en beneficio de los habitantes del lugar.

Lo ocurrido demuestra la carencia de una institucionalidad eficiente que permita solamente la autorización de locales nocturnos en aquellos casos en que haya medidas que mitiguen los ruidos que se producen al interior de los mismos y que permitan, además, que en las afueras de dichos establecimientos exista la seguridad pertinente para vecinos y quienes circulen por allí. Es evidente que ello no ha ocurrido ni ocurre y buena prueba es el sinfín de reclamos que se producen tanto en Temuco como en otras ciudades de la región y en el resto del país, graficado en múltiples y frecuentes reportajes de los medios de prensa.

En esta oportunidad, personal de la Superintendencia de Medioambiente realizó una visita técnica y midió en cinco propiedades distintas los efectos de la emisión de los ruidos de dicho local, constatando la evidente superación de las normas y la vibración que los citados ruidos producían al interior de ellas, incluyendo cuatro departamentos. La existencia de estos ruidos durante toda la semana atentan en contra de los derechos básicos de los habitantes de una ciudad.

Resulta evidente que hay fallas claras en las exigencias previas para que un local nocturno, emplazado en medio de casas habitación, funcione sin perjudicar a sus vecinos. Y ello, por cierto, obliga con posterioridad a adoptar medidas reparatorias muchas veces tardías.