La Ministra de Educación ha comprometido para el año próximo el inicio de las obras de construcción del Hospital de Villarrica, una necesidad que los diversos sectores ciudadanos y las autoridades locales habían estado haciendo presente por muchos años dada la urgencia del tema. La construcción de establecimientos asistenciales, en especial dada su complejidad, es un asunto de larga resolución y aún restará una prolongada espera para que la ciudad cuente con la nueva infraestructura, tras aprobarse las mejoras en el diseño técnico con que se contaba.
La actual infraestructura fue levantada en 1965 para reemplazar a una de las antiguas Casa de Socorro, de 1926. La realidad poblacional y de salud ha cambiado radicalmente y la construcción ya no puede atender las demandas, considerando su mediana complejidad, según la capacidad resolutiva y nivel técnico. Además de la población villarricense cubre un área de influencia que incluye Curarrehue, Pucón y Loncoche. Hoy debe asistir a más de 100 mil personas, con apenas 73 camas y seis especialidades, a tal punto que su director, el doctor Aníbal Baeza, especificó en enero que "el hospital como está no cumple ninguna función".
De los actuales 4.383 metros cuadrados se pasará a 19.326 metros, con una inversión de más de 30 mil millones de pesos, permitiendo 13 especialidades, con 115 camas, seis de ellas UTI, instaladas con vista privilegiada al lago. Estos escasos antecedentes dan cuenta del tremendo salto que dará la salud en el sector lacustre y cordillerano.
Esa zona, de profunda convicción turística, necesita de un hospital de primer nivel para dar cobertura a todas las necesidades que derivan de un flujo turístico cada vez más importante, el que llega a las 300 mil personas en verano y a ello se suman los deportes invernales. Hoy se debe recurrir al Hospital Regional para las emergencias; este adelanto permitirá descongestionarlo y terminar con una espera de 10 años, larga y penosa para los pacientes de las citadas comunas.