La tierra prometida
Para muchos extranjeros, Chile se ha convertido en la tierra prometida. En el sueño latinoamericano de las oportunidades. Familias completas ingresan al país en busca de un trabajo y estabilidad económica que les asegure un mejor futuro.
Lamentablemente, así como llegan personas honestas en busca de superación, también llegan muchos indeseables, rechazados en sus propios países. Estos delincuentes foráneos al unirse con los delincuentes criollos están transformando a nuestro país un lugar inseguro para los propios chilenos.
Ser un país de inmigración no significa aceptar a cualquiera. Nuestras autoridades tienen que ser más duras y pasar por el cedazo a toda persona que ingrese al país y desee integrarse a nuestra sociedad.
Jorge Valenzuela Araya
Semáforo urgente
Coincido plenamente con la lectora que pide la instalación urgente de semáforos en la intersección de Simón Bolívar, Las Encinas y Tiburcio Saavedra.
Colaboran al caos en este cruce la presencia de matorrales 'decorativos' en los prados de Las Encinas que obstruyen completamente la visión de los conductores que desean realizar un desplazamiento seguro y expedito hacia el Barrio Pehuén, Los Parques de San Sebastián, las poblaciones Juan Pablo Segundo y Las Encinas, sin mencionar que también circulan por el cruce micros y colectivos de diversas líneas que deben convivir en armonía con la ciclivía Temuco-Labranza, que también ocupa un espacio en este verdadero nudo ciego vial.
Luis Vergara Castillo
Ruidos molestos y camiones
Además de las molestias que los vecinos de avenida Gabriela Mistral debemos soportar por el tráfico de camiones que recogen agua del pozo ubicado en la esquina con pasaje Quillota y que incluye bocinazos, música alto volumen y el eterno barrial que dejan después de cada carga, ahora además hay un camión aljibe que todo el día y hasta las 23:30 horas carga agua directo desde el canal con el ruido de la motobomba que altera la tranquilidad en una hora en que se supone es para descansar.
Quisiera preguntarle a la autoridad por este medio: ¿Hasta cuándo los vecinos debemos soportar esta situación?
Ricardo Águila Lara
Teletón y Senda
La Teletón ha superado la meta y logra reunir 32 mil millones de pesos, lo que es posible después de un trabajo de meses, el país entero participando y todos los medios involucrados.
En sus testimonios vemos que se han construido 13 institutos a lo largo de Chile, con muchas personas involucradas en esta obra que, sin duda, ayuda a miles de minusválidos. Todos vemos lo que se hace con ese dinero.
Por otro lado el Estado, para alcoholismo y drogas, a través de Senda, el año 2016 y del presupuesto de la nación, destinó casi 64 mil millones de pesos (el doble de la Teletón), para tratar y rehabilitar personas adictas. Lo sorprendente es que el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), durante todos estos años no ha levantado ni un solo centro de rehabilitación de personas adictas, en circunstancias que con solo el 50% de lo que recibe, que es lo que reúne la Teletón, podría construir un centro y poner al alcance de personas de escasos recursos con familiares adictos, un instituto público o de ayuda que les permita sobrellevar la carga. El tratamiento privado es imposible de enfrentar para quienes viven de uno o dos sueldos mínimos.
Esto, como ONG, lo hemos hecho ver al contralor general de la República, Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados, organismos internacionales y otros, a quienes solicitamos que los recursos destinados a las adicciones no sean vistos como un "botín" político, sino como un tema de Estado, porque nos afecta a todos, destruye la familia y, por sus consecuencias, amenaza la seguridad de las personas.
Juan Moraga
Espíritu de la Teletón
Cuando parte la Teletón, Chile cambia. Desaparecen las agresiones entre políticos, se termina todo tipo de discusiones, desaparece el que "yo te dije y tu me dijiste, empatamos".
Da pena el espectáculo que se observa y la pérdida de tiempo en cosas que no conducen a nada cuando hay tanto problema por resolver.
Con la Teletón aparece una luz de esperanza. Esta situación me hace recordar las treguas en las épocas de guerra en que para ciertas festividades, como Navidad, los ejércitos dejaban de combatir y se producía el gran momento de paz y felicidad. Pasaba la festividad y comenzaba el tronar de la artillería. Es la visión que tengo de nuestro país.
¿No será posible que de una vez y para siempre se unieran todas las fuerzas de la nación para poner en marcha las máquinas tendientes a volver al país a los niveles de algunos años atrás?
René Cifuentes