Agenda corta y su encrucijada
La Presidenta ha anunciado una ley especial para La Araucanía, que procure mayor desarrollo, aunque el tema fundamental es el clima de inseguridad.
Los sectores políticos en La Araucanía están confiados en que el anuncio de una ley especial para la Región pueda transformarse en el inicio de una preocupación especial para ir atacando las múltiples carencias por todos conocidas, más allá del evidente clima de inseguridad en parte de los campos, en especial en la provincia de Malleco, que lleva incluso a conocer públicamente anuncios de autogobierno por parte de líderes mapuches.
En lo concreto, hubo una reunión prolongada en La Moneda entre el nuevo intendente, el ministro del Interior y la Presidenta, tras la cual la Mandataria anunció el establecimiento de una agenda corta que enfrente los problemas fundamentales de la Región: déficit hídrico, educación, pobreza y cesantía, institucionalidad para los pueblos originarios y la conectividad, productividad, emprendimiento y turismo. Todo lo anterior contaría con una "fuerte inyección de recursos", ignorándose cuál sería el origen de tales dineros y en qué plazo se dispondría de ellos para iniciar los proyectos que se logre consensuar.
El intendente ha dicho que "hay que plantearse derechamente" en relación al conflicto que hoy tiene la Región, asociado al conflicto mapuche, "a esta situación de violencia que nos tiene angustiados, que nos complica pero que queremos resolver". Y se intentaría llevarlo a cabo a través de un pacto social y político, para lo cual pronto habrá conversaciones, con todos los sectores y sin excepciones.
La pregunta clave es si participarían de esta iniciativa los sectores autonómicos mapuches, considerando que ese es, precisamente, el fondo aparentemente intransable para intentar llegar a un acuerdo regional y respecto de lo cual ha habido un tradicional rechazo.
Más factible, y se espera haya resultados a corto plazo, es lo relacionado a los temas productivos y sociales, en especial el déficit hídrico tan pronunciado como peligroso, más aún en una Región que carece de importantes sistemas de regadío para su agricultura, nervio y motor de La Araucanía.