Noviembre fue el mes que, en la práctica, se puso fin al uso del vertedero de Boyeco, ícono de la discriminación medioambiental en Chile por cerca de 25 años. Hubo promesas a inicios de la primera década de este siglo que apuntaban al uso de nuevas tecnologías que lo harían un ejemplo en Latinoamérica y el alcalde de la época apareció con un delantal blanco en el terreno reforzando ese compromiso. Sin embargo, pasaron pocos meses y aquello terminó en un desastre y una verdadera crisis sanitaria y fue finalmente lo que impulso su cierre y término de contrato en lo inmediato, y la apertura a continuación, en el mismo lugar, pero bajo otra administración. Allí se estableció la intención de iniciar el cierre definitivo al uso de las comunas de Temuco, Padre Las Casas y otras.
Pasaron 10 años para que eso ocurriera, y no es sino hasta noviembre - diciembre de este año cuando la ciudad de Temuco y la Región pueden decir que ha terminado con el cierre como gran primer paso, luego vendrán las compensaciones del Estado a las comunidades indígenas del sector. Con gran convicción debo decir que el alcalde Becker y el Concejo Municipal pasado dieron muestras de comprensión y decisión frente a este desastre medioambiental.
Cuando leemos el informe de Austral Temuco y la editorial en la misma materia de vertederos y rellenos sanitarios en La Araucanía, no cabe sino sentirse acongojado por ello. Creo que la ciudad y La Araucanía no han sabido aquilatar el peso de la decisión política del cierre de Boyeco y se ha impactado más por las fallas de operación en este periodo de transición y la puesta en marcha del plan de contingencia para el periodo 2017-2018.
Creo que el plan de contingencia, efectivamente, tiene problemas de diseño y que deben ajustarse con urgencia para hacerlo más eficiente y equitativo.
Ninguno de los hechos en los 45 días de contingencia, para el manejo de los residuos sólidos domiciliarios, ameritan o validan el uso de Boyeco nuevamente para ir a depositar la basura de Temuco y otras comunas. La administración municipal, con el apoyo y comprensión de los concejales de la época, dieron el paso político y medioambiental más importante de la última quincena, esto es cerrar definitivamente el vertedero de Boyeco. Todos debemos hacer los esfuerzos (administración, Concejo, ciudadanos y autoridades regionales) para que los resultados derivados del cierre sean exitosos.
Ricardo Celis, médico y ex concejal