El más grande incendio de Latinoamérica nos golpea con una crueldad nunca imaginada, más de 400.000 hectáreas y miles de viviendas de la gente más humilde han desaparecido con todos los bienes acumulados en largos años de duro trabajo.
Esta catástrofe ha demostrado que Chile a veces tiene escondido en actos profanos del diario vivir un inmenso corazón: las carreteras se han visto llenas de vehículos de todos los sectores sociales tratando de llevar alivio material y espiritual a esos miles de chilenos que se están preguntando cómo la obra de teatro "El Violinista en el tejado" ¿Por qué a mí?
En esto la naturaleza es implacable como el tiempo, no selecciona, no elige con preferencia. A lo mejor hay una molestia en ella por la forma en que los seres humanos "racionales" la herimos a diario; bombas nucleares, pesticidas que matan el ecosistema, roces que queman las tierras después de recibir generosas cosechas.
Hay 34 detenidos por posibles responsabilidades en los hechos, mujeres y jóvenes, algo increíble que duele y cuesta aceptar.
Podría emplear muchas líneas en destacar la heroicidad de nuestros bomberos, esos mismos que piden caridad a los ciudadanos para sus gastos de operación, son los mismos bomberos que no logran vender todos los números de sus rifas anuales.
Por supuesto, reconocimientos sinceros a los brigadistas con formación profesional en la Conaf y también a los jóvenes que contratan temporalmente con poca instrucción, pero que arriesgan su vida casi en forma temeraria. Gracias también a las Fuerzas Armadas que ayudan a detener las llamas y que les cuidan a las víctimas lo poco que les queda.
Permítanme por encima de todo esto algunas interrogantes ¿Cómo es posible que Chile sepa ahora que los aviones de Conaf la mitad de ellos no se pueden usar por estar con diversos problemas mecánicos desde hace tiempo? ¿Qué criterio usaron los técnicos elite de Conaf para poner obstáculos en los primeros días al avión SuperTanker proporcionado por una chilena de excepción? Cada vez que vemos este avión SuperTanker en los cielos, a mí me embarga una gratitud y admiración en completa plenitud.
Por ahora pecho al frente como país, pero más temprano que tarde a buscar el origen de esta tragedia que estamos enfrentando -felizmente- unidos.
Roberto Muñoz Barra Ex senador y presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata