Lorenzo Lovera Seguel
La jornada del viernes 15 de enero de 2016 - a eso del mediodía - pudo haber pasado a la historia si se hubiese concretado la explosión de la bomba que minutos antes adosaron a una de las murallas de la cárcel de Temuco. La idea era posibilitar la fuga de un número importante de internos, pero algo falló, la detonación no se hizo efectiva. A más de un año, la Fiscalía de Alta Complejidad junto a Carabineros lograron armar el puzzle y dar con los autores intelectuales y materiales.
Fue así como las diligencias lideradas por el fiscal Luis Torres, en conjunto con el personal del OS-9 y Sebv de Carabineros, concluyeron que en el ilícito tuvieron participación efectiva los imputados identificados como Abner Octavio Caro Contreras, Samuel Eduardo Nahuelpán Bravo, Cristián Ariel Chávez Sandoval, Mario Andrés Roa Zapata, Cristian Eduardo Meriño Martínez y Viviana Lourdes Quidel Colimán.
Según adelantó el propio fiscal Torres, en su acusación fiscal buscará acreditar que Samuel Nahuelpán y Mario Roa Zapata tuvieron participación irrefutable en la instalación de la bomba, mientras que, Cristian Chávez y Abner Caro por prestar colaboración en la instalación de misma. Todos los involucrados arriesgan penas que parten en los 5 años y 1 día de cárcel y podrían llegar a los 15 años.
El Inicio
De acuerdo a las diversas indagatorias, se cree que en septiembre del año 2015 un grupo de personas planificó la detonación puesto que ese mismo mes se mandó a hacer la caja metálica a un taller de Pedro de Valdivia.
Según el persecutor Torres, "los tipos iban a intentar la fuga en septiembre pero no pudieron y en noviembre armaron la bomba, la escondieron en una casa, y dispusieron que en enero de 2016 se iba a instalar la bomba utilizando un automóvil que lo compró el tío de uno de los imputados".
Según acreditó el OS-9 de Carabineros la caja utilizada para proteger la bomba fue una de las pistas claves para armar el puzzle policial. Según relató el fiscal Torres, "ellos cometen el error de dejar la caja de zapatos con un código de barra y ese código nos demostró que esos zapatos habían sido comprados en la tienda Gejman de Temuco por Viviana Quidel (una de las imputadas)".
La Bomba
Otro de los puntos indagados por los investigadores fue la bomba adosada a la cárcel, la cual contenía 13 cartuchos de dinamita. En su minuto los peritos del Gope señalaron que el grado de destrucción pudo haber alcanzado los 15 metros a la redonda donde la destrucción hubiese sido total.
En la investigación se tiene la certeza que ese viernes 15 de enero los miembros de la banda fueron todos al gimnasio y cuando se suponía que iba a detonar la bomba ellos arrancaron de allí. "Lo que no sabían algunos es que si eso hubiese volado iban a morir inmediatamente", indicó el fiscal Torres.
Finalmente, Torres explicó por qué la bomba no detonó: "Lo que pasa es que ellos pusieron los cartuchos y pusieron unos detonadores que se iban a activar vía mecha. Después le pegaron para que quedara adosada, prendieron la mecha y en el arranque, la mecha se apagó. Por eso no detonó".