Hugo Soto Cárdenas
La primera cosecha de uvas de la cepa Pinot Noir de la Viña Santa Marta, realizada el pasado lunes en tierras de Nueva Imperial, dejó en claro que el cambio climático no sólo trae complicaciones, sino también oportunidades. Y es que hoy los campos de La Araucanía sorprenden con cultivos no tradicionales, apareciendo guías de zapallos, coloridas sandías y apetitosos melones en chacras donde antes mandaban las papas y el trigo.
Pero más allá de lo empírico ¿hay bases científicas que apoyen esta teoría de cambio climático y nuevos cultivos? El Panel Intergubernamental para el cambio climático y diversos autores nacionales y extranjeros, incluyendo a especialistas del Inia, han coincidido en que en los próximos años la frontera de la vitivinicultura, así como de la fruticultura, se va a ampliar hacia el sur debido al aumento de la temperatura y disminución de las precipitaciones. Situación que abre un campo importante para avanzar en materia de Investigación, Desarrollo e Innovación.
INIA CARILLANCA
Los días 22 y 23 de marzo se efectuó la Expo Inia Riego 2017, realizada en Inia Carillanca. Allí, una de las novedades fue la presentación de las 8 variedades de uva vinífera que se establecieron con el fin de evaluar su comportamiento, con miras a ofrecer nuevas alternativas productivas a la Región y aprovechar las oportunidades que podría brindar el cambio climático en esta zona.
Dichas variedades corresponden a 5 blancas: Riesling, Gewürztraminer, Chardonay, Sauvingnon Blanc, Pinot Gris; y tres tintas, Pinot Noir, Portugais Bleu y Tempranillo.
De hecho, un verdadero jardín de variedades de uva fue sembrado recientemente en terrenos Inia Carillanca para hacer un seguimiento de su crecimiento.
Abel González, investigador en fruticultura de Inia Carillanca, señaló que "el tema de la uva responde a un programa nacional de Inia que está evaluando distintas alternativas frutícolas dentro del marco de este cambio climático y donde se proyecta que dentro de 30 a 40 años habrá un desplazamiento de las zonas agroecológicas hacia el sur de Chile, con mayores temperaturas, mayor acumulación de calor, lo que significa que se abran las fronteras frutícolas para cultivos que hoy no son una alternativa para los productores".
De acuerdo con lo señalado por el experto de Inia Carillanca, actualmente la cantidad de viñas no supera la decena, concentradas principalmente en la zona de secano del valle interior en la zona de Traiguén, Galvarino, donde hay proyectos emblemáticos. No obstante, también hay proyectos interesantes en Pucón, en Angol.
"Ya hay cerca de 50 hectáreas de viñas en La Araucanía", asegura Abel González, quien agrega que "esto partió con la Viña Aquitania, de Felipe de Solminihac, pero antes Inia había dado inicio a esta labor de establecer viñas en esta zona con un proyecto con el suegro de Soliminihac, Alberto Levy, allá por el 92-93, ese fue el punto de partida del tema vitivinícola en La Araucanía".
INVESTIGACIÓN
Marisol Reyes, investigadora en ciencias agrarias de Inia Raihuén (Región del Maule), es ingeniero agrónoma especializada en viticultura. Respecto de la irrupción de las viñas en La Araucanía, señaló que "una de las razones por las que nos atrevimos a instalar una viña en Inia Carillanca es porque hicimos el análisis de la fenología (estudia las repercusiones del clima sobre los fenómenos biológicos) y de los requerimientos térmicos de las distintas variedades, y se concluyó que el cambio climático ayuda a la maduración. Uno puede sacar cosecha a partir de los dos años, pero en Carillanca esperaremos al tercero, pues en La Araucanía tiene heladas hasta noviembre, y lo que esperamos es que sean plantas robustas al momento de cosechar".
De acuerdo con lo señalado por la experta, "la mayoría de las viñas en La Araucanía está concentrada en Malleco y se trabaja más con Pinot Noir, que es de alguna manera irse a la segura pues se adapta bien a climas fríos".
Blanca Italia y País son variedades difíciles de madurar porque requieren de un clima cálido, sin embargo, esta última cepa está presente en 8 viñas en la Región. "Esas cosas son las que queremos evitar al poner este jardín en Inia Carillanca", asegura Marisol Reyes. "La idea es asesorar al viticultor para que comprenda que una variedad como País es de ciclo largo, prácticamente no va a madurar".
APOYO
La investigación del comportamiento de la uva en tierras de La Araucanía es analizada por Inia, para luego entregar este conocimiento a los agricultores.
"Estamos haciendo investigación para mostrarles a los productores si la uva es o no una alternativa de cultivo en distintos puntos de la Región", apuntó el investigador de Inia Carillanca, Abel González.
La presencia de viñas en La Araucanía tuvo el pasado lunes su ejemplo más cercano con la primera cosecha de racimos de la cepa Pinot Noir en la Viña Santa Marta, en el camino que une a las comunas de Nueva Imperial con Cholchol. Esta primera producción tuvo como destino Vino San Pedro, empresa que utilizará estos frutos en sus próximas elaboraciones. Sin embargo, la idea de los propietarios de la viña imperialina es crear su propio vino, para lo cual ya iniciaron los trámites y procesos, y están a la búsqueda de financiamientos.
Pinot Noir en tierras imperialinas
variedades de uva vinífera están siendo evaluadas en distintos campos de La Araucanía. Ocho
hectáreas de viñas aproximadamente, son las plantadas en La Araucanía, en una decena de proyectos. 50