Hugo Soto Cárdenas
El 5 de abril de 1987 es una de las fechas que han quedado marcadas para siempre en la historia de Temuco. Y es que por algunas horas, el máximo líder de la Iglesia Católica mundial, el Papa Juan Pablo II, hizo una ventana en su apretada agenda de su viaje a Chile para reunirse con el pueblo de La Araucanía, ante más de 200 mil personas en Pampa Ganaderos.
Hoy, poco o nada queda del escenario que hace 30 años cobijó al Sumo Pontífice en la capital regional. Las viviendas ocuparon el lugar de las canchas de fútbol, y sólo queda como memoria una piedra conmemorativa y una altísima cruz dominando los cielos de Temuco poniente.
El recorrido del Papa Juan Pablo II por Temuco partió a primera hora de ese domingo 5 de abril. El aterrizaje en el Aeródromo Maquehue fue seguido desde todos los puntos de Temuco con pañuelos blancos al viento, gesto que se repetiría en su paso por la Ruta 5 Sur hasta llegar a la denominada Pampa Ganaderos.
Desde la comuna de San José de La Mariquina, Región de Los Ríos, el ex obispo de la Diócesis de Villarrica, Sixto Parzinger, rememoró la jornada del 5 de abril de 1987. En esa ocasión, dado su cargo de líder del Vicariato Apostólico de La Araucanía, fue el encargado de dar la bienvenida y acompañar a Juan Pablo II.
-¿Cómo fue esa jornada histórica?
-Había una enorme expectativa en Temuco, se habían hecho muchos preparativos, y cuando aterrizó en Maquehue, coincidió que el sol salió de entre la niebla que había cubierto la ciudad desde la noche anterior. La gente lo saludaba con pañuelos blancos, y había muchísima gente en la ciudad, que había llegado desde distintas partes de la Región, había mucha presencia de campesinos y del pueblo mapuche.
-Usted fue encargado de recibir y acompañar al Papa...
-Junto a don Sergio Contreras, obispo de Temuco, me tocó estar junto al Papa. Recuerdo que Juan Pablo II llegó en avión desde Concepción, y fui a recibirlo en la pista. Se le veía contento, y tenía una presencia que se imponía. Tras saludar a las autoridades, subió al papamóvil y yo subí con él.
-¿Cómo fue la experiencia de acompañar al Papa en el papamóvil?
-Como en ese entonces estaba a la cabeza del Vicariato Apostólico de La Araucanía me tocó ir junto al Papa y don Sergio (Contreras) iba atrás, ya que la zona del aeródromo de Maquehue era territorio del vicariato. Cuando cruzamos el puente sobre el Cautín, entramos a Temuco, por lo que yo pasé atrás y el obispo local al lado. Fue una experiencia única, desde el interior del papamóvil se podía ver el amor de la gente de Temuco por Juan Pablo II.
-¿Cómo fue la llegada a Pampa Ganaderos?
- Era una enorme cantidad de personas, miles y miles de personas, y la gente lo vio como un gran rayo de luz cuando Juan Pablo II descendió del papamóvil. Fue un día hermoso, había mucha presencia del pueblo mapuches, y el Papa oró por nuestra Región. Recuerdo especialmente que dentro de las ofrendas, el Papa recibió una estola con motivos mapuche, y él de inmediato se sacó la que estaba trayendo y se puso la que le dieron. Fue muy emocionante, como fue todo el paso de Su Santidad por Temuco.
-¿Que impresión le dejó Juan Pablo II?
-Que era una persona muy entregada a la religión, a la fe. Las horas en que estuvo en Temuco ni siquiera probó bocado, porque decía que tenía poco tiempo para encontrarse con la gente, y fue así que no desperdició un solo minuto para estar más cerca de la gente.
"Era una enorme cantidad de personas, miles y miles de personas, y la gente lo vio como un gran rayo de luz cuando Juan Pablo II descendió del papamóvil". "El Papa recibió una estola con motivos mapuches, y él de inmediato se sacó la que estaba trayendo y se puso la que le dieron "."
años 30
han transcurrido desde la visita del Papa Juan Pablo II a La Araucanía. 200