Hugo Soto
La seguidilla de sismos que en las últimas semanas se desató en la zona central del país, y que tuvo -hasta ahora- el 6.9 Richter como tope de estos movimientos telúricos, ha vuelto a poner en el tapete nacional la necesidad de contar con un sistema de alerta. Con una ciudadanía ya acostumbrada a los sismos y que es capaz de reaccionar adecuadamente en la emergencia, surge la preocupación de la otra cara de esta moneda, que es el aviso oportuno para dar tiempo a la evacuación.
Mientras la sismicidad se concentra por estos días en Valparaíso y sus alrededores, surge la pregunta de cuán expuesta está la Región de La Araucanía a un sismo de mediana o mayor intensidad. Al respecto, una de las voces autorizadas en esta materia es sin duda el conocido geógrafo y experto en riesgos naturales Marcelo Lagos, quien estuvo en Temuco hace unos días participando del "Café Científico" de la Ufro.
"La amenaza sísmica es permanente en todo Chile, sin embargo, hay lugares que no han tenido grandes terremotos en el último tiempo, dentro de ellos el segmento que va desde Tirúa hasta la península de Taitao, donde se inserta la región de La Araucanía", apuntó Marcelo Lagos, consultado respecto del comportamiento sísmico de la Región.
"Sin duda que en este segmento la cosa está caliente", asegura el geógrafo, quien agregó que "independiente del terremoto de 1960, todavía el más grande registrado en la historia, pueden ocurrir terremotos intermedios tal y como sucedió el 25 de diciembre del año pasado, que tuvo epicentro en Melinka, isla de Chiloé, y que llegó a los 7.6 grados Richter".
Respecto del historial sísmico de Temuco y La Araucanía, Lagos señaló que "de lo conocido, de lo registrado instrumentalmente, sin duda que el evento más potente fue el de 1960, que marcó un hito. Sin embargo el sismo de diciembre del año 1575 también debe haber sido similar en magnitud, terremoto que está dentro de la historia. Ahora, prehistóricamente, hay estudios que señalan que la sismicidad siempre ha sido recurrente en esta zona, pudiendo establecerse que cada tres siglos deberían ocurrir eventos tan grandes como el de 1960".
¿preparados?
Una de las últimas acciones que realizó el ex intendente Andrés Jouannet antes de dejar su cargo, fue firmar una serie de mensajes entre los cuales estaba el proyecto denominado "Construcción de Sistema de Alarmas de Tsunami en Borde Costero de la Región de La Araucanía", con un monto de financiamiento de poco más de 90 millones de pesos. Sin embargo, dicho proyecto fue "bajado" por la gestión entrante y todavía no hay claridad de si será repuesto, como están pidiendo las comunas de la zona de ríos y mar cobijadas al alero de la Asociación de Municipios Costa Araucanía.
"Nosotros pedimos al intendente Hernández que repusiera este mensaje para el proyecto del sistema de alarmas, que estamos apoyando como asociación", indicó el secretario ejecutivo de Costa Araucanía, Ricardo Herrera Floody, quien agregó que "si bien todavía no hemos recibido una respuesta, tenemos confianza en que el intendente Hernández nos va a apoyar".
Este Sistema de Alarmas de Tsunami debería planificarse en concordancia con las características de la costa de La Araucanía, beneficiando a 26 mil personas del borde costero, de las cuales alrededor de 9 mil habitan bajo la línea de seguridad, correspondiente a la cota 30, esto es, 30 metros sobre el nivel del mar.
"Dentro de la población que habita bajo la cota 30 en las comunas costeras de la Región, hay además mucha gente mayor de edad, por lo que hoy es imprescindible que podamos contar con estas alarmas sonoras", apunto Floody, quien agregó que "la propuesta de la Onemi era que el Gobierno Regional financiara este diseño y luego ellos se hacían cargo de la ejecución, por 1.200 millones de pesos".
Hoy, los sectores expuestos a la furia del mar son varios: Porma, en Teodoro Schmidt; Nehuentúe y la ruta lafkenche en Carahue; la costanera de Puerto Saavedra; la zona de desembocadura de los ríos Imperial y Toltén; La Barra, Toltén Viejo, Queule y Nigue, en Nueva Toltén, puntos litorales o de vecindad con los ríos por donde el mar puede penetrar, y donde hay viviendas.
El alcalde de Puerto Saavedra, Juan Paillafil, señaló que "existe una conciencia ciudadana para evacuar rápidamente ante una emergencia de tsunami, pero falta infraestructura como vías de evacuación y espacios públicos equipados para que la población pueda pernoctar en forma segura".
"Es importante que las comunidades sepan leer las señales de la naturaleza, con las que permanentemente nos está avisando", puntualiza el geógrafo Marcelo Lagos.