Actitudes violentas
Un caso registrado en Carahue nos recuerda la brutalidad que sufren muchas mujeres en el país.
Nadie ha quedado indiferente a lo ocurrido a la coyhaiquina Nabila Rifo, quien vivió una de las peores agresiones que ha sufrido una mujer a manos de su expareja.
Su agresor acaba de ser declarado culpable y condenado a pasar los próximos 26 años en la cárcel.
En La Araucanía, los casos de agresiones a mujeres también han causado impacto, como la anciana de 87 años que fue violada el pasado 30 de abril en Carahue.
En la mayoría de los casos, la brutalidad y la violencia han sido el impulso que han llevado a hombres a atacar sin piedad.
A pesar de los avances de los programas dedicados a la resocialización de personas violentas, es esencial que los hombres asuman la responsabilidad de su comportamiento y comiencen un proceso de cambio de conductas en la vida íntima y familiar.
Según estudios sobre la violencia de género, cerca del 70% de los casos de violencia extrema se da en varones entre 18 y 39 años.
Otro antecedente, es que un gran porcentaje de hombres ha sido testigo de violencia contra las parejas en su infancia, como también muchos han sido maltratados en sus distintas formas y abandonados.
Lo que está claro es que esta es una conducta aprendida con la observación o imitación, y en nuestro país existen muchos programas que buscan que las personas reaprendan conductas basadas en el respeto a la pareja.
Los hombres que llegan a estos programas son derivados desde los tribunales de Garantía y Familia, Carabineros o por una necesidad personal de cambiar.
Hay que poner freno a los violentos ataques que muchas mujeres sufren a diario, y de los cuáles no todos son denunciados.
Hay que lograr que el mayor número de hombres violentos se someta a estos programas de rehabilitación y, esta manera, reducir estos repudiables hechos.